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166 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA dísimo P. Colindres en orden al progreso espiritual de los coristas desti­ nados a dicho Seminario» (11). Se destinaron para ellos las celdas de la parte baja de aquel convento, que resultaban húmedas, sin luz y con otros inconvenientes. Por eso los superiores actuales determinaron (mar­ zo de 1772) hacer obra y levantar las celdas de los coristas sobre las que estaban encima del refectorio ( 12 ). El convento de Navalmoral no tenía agua suficiente para llenar las necesidades perentorias; el P. Agustín de Toledo proyectó y, después de vencer no pocas dificultades, consiguió él mismo las limosnas precisas para pagar aquella costosa obra de conducir el agua desde una fuente próxima, logrando la tuviese tan abundante y buena como ningún otro convento de la provincia, «sin que — agrega el cronista— a aquel con­ vento ni a otro alguno haya quedado ni un responso de carga» (13). Aparte de eso también se preocupó el P. Toledo con su Definitorio de dar más unidad a los estudios de filosofía y teología; a tal efecto dis­ pusieron (12 de julio de 1772) que ambas asignaturas se enseñasen en adelante por el texto completo del capuchino P. Bernardo de Bolonia, de marcada tendencia escotista, determinación que fue aprobada por el definitorio general (14). No sólo preocupó a este P. Provincial la buena formación intelec­ tual de sus religiosos, sino también y muy particularmente la espiritual. No es, pues, de extrañar que, para llenar mejor esa obligación, haya toma­ do el acuerdo en la misma fecha, 12 de julio de 1772, de imprimir de nuevo el Capuchino retirado, traducido y publicado por el P. Francisco de Santander, como así se hizo aquel año (15). Con el mismo santo empeño y noble objetivo los superiores de Cas­ tilla determinaban seis meses después, 12 de enero de 1773, la formación de un nuevo Ceremonial para la provincia a fin de atender mejor «a la (11) V A , 398. (12) Ibíd., 477, 503. Quizá estas obras no se realizaron o al menos no se terminaron hasta 1777. Entre los que dieron su dictamen sobre las mismas, uno fue Fr. Antonio de Manzanares (9 marzo 1772), fabriquero de la provincia ( Inven­ tarío puntual y compendio universal de todos los instrumentos que contiene el Archivo de este Real Convento de Capuchinos del Smo. Cristo de la Paciencia, manuscrito, f. 228s. (APC, 31/5). (13) VA, 490. (14) Ibíd., 482. La obra filosófica del P. Bolonia se titula: Institutio philoso- phica praemittenda theologiae, nunc Aristotelis et Joannis Scoti acumine structa, nunc recentíoribus considerationibus aucta, 3 vols., Venetiis, 1766. La obra teo­ lógica, compuesta de 4 tomos, la intituló: Institutio theologica juxta omnia fidei dogmata, et Doctoris Subtilis scholastico ñervo instructa, 3.a ed.; Venetiis, 1767. (15) VA, 482. El P. Santander pertenecía a la provincia de Andalucía. Se im­ primió con esta portada: El Capuchino retirado por diez días en sí mismo. Exer- cicios espirituales ajustados al uso, Regla y Constituciones de los Frayles Meno­ res Capuchinos de S. Francisco. Por un Religioso del mismo Orden de la Pro­ vincia de Brescia. Y traducido del italiano en lengua Castellana Por el M. R. Pa­ dre Francisco de Santander, Definidor General de todo el Orden de Menores Ca­ puchinos, Madrid, 1772; la primera edición es de 1723, hecha en Sevilla.

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