BCCCAP00000000000000000000156

164 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA cés ( 6 ), y, sin asignar aquella misión a provincia alguna, el Consejo se dirigió a Castilla y Cataluña (9 de octubre de 1771), pidiendo sola­ mente dos religiosos de cada una (7). La orden era terminante y urgente; tanto, que los dos castellanos salieron de Madrid el 22 de noviembre de 1771 sin esperar siquiera la obediencia del P. General; fueron los PP. Luis de Quintanilla y Angel de Revillagodos ( 8 ). En años posteriores serían enviados otros varios de distintas provincias, hasta que definitivamente la misión de la Luisiana quedó encomendada a la de Castilla. A tal objeto se establecería en La Habana un Colegio de Misioneros, según más abajo diremos. 3. Ya hemos hecho notar que desde mediados de este siglo xvm se advierte en la provincia un resurgimiento y despertar literario digno de ser puesto de relieve. Lo haremos en otro capítulo, pero antes queremos traer aquí un hecho que comprueba eso mismo. Me refiero a la empresa acometida por los Capuchinos castellanos al intentar una edición bilingüe de las obras de San Isidoro de Sevilla. No sabemos de quién haya partido la iniciativa, pero es lo cierto que en 1771 un librero madrileño, D. Bartolomé Ulloa, solicitaba del Consejo de Castilla autorización para imprimir esa edición bilingüe preparada por los religiosos del convento de San Antonio del Prado. Al objeto expresado presentó varios pliegos totalmente dispuestos para la impresión, que se haría a dos columnas, una en latín y otra en castellano. Los Capuchinos se habían comprometido a hacer una tra­ ducción esmerada, poniendo al pie del texto las oportunas notas críti­ cas. Contaba Ulloa con la anuencia del P. Provincial y del P. Guardián y la cooperación de los religiosos más hábiles del citado convento para la realización de este trabajo. No sabemos cuándo el librero presentó al Consejo tal solicitud, pero sí que el 27 de enero de 1772 éste admi­ tió en principio la traducción. Los Capuchinos pusieron en seguida manos a la obra y en breve pudieron ofrecer ya impresos los dos primeros cuadernillos que correspondían a los cuatro primeros capí­ tulos de las Etimologías. No obstante su decidido empeño y buena voluntad, los traductores experimentaron en su labor no escasas difi­ cultades. Por eso, discurriendo que esta traducción sería de poca utili­ dad para el público, decidieron solicitar del Consejo, por medio de Ulloa, reimprimir los escritos de San Isidoro según la edición de Madrid de 1599, completándola con otros atribuidos al Santo Doctor y enrique­ ciéndola con notas y comentarios. El Consejo, antes de tomar una deci­ sión en firme, remitió a la Academia de la Lengua los dos cuadernillos citados de la traducción ahora hecha, pidiendo su parecer sobre la ( 6 ) Carta del obispo capuchino P. Cirilo de Barcelona al de La Habana, 8 agos­ to 1790 (¡bíd., leg. 2673). (7) Archivo de la Corona de Aragón, Fondos Monacales, leg. 56: «Notas por lo tocante a las Misiones que esta provincia de Cataluña tiene en América, en las partes de Guayana y Orinoco principalmente», nota 18. ( 8 ) VA, 476.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz