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150 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA de Regla y Constituciones, y luego, la predicación de misiones popu­ lares; con este especioso objetivo se ocultaría el primero. Tras de prolongados cambios de impresiones y no pocos forcejeos, el P. Colindres encargó al P. Zamora fuese madurando el proyecto en conformidad con tales orientaciones, y que juntamente seleccionase los religiosos que estuviesen decididos a aceptarlo y llevarlo a la prác­ tica; su número no podía bajar de doce. Y con esos propósitos, el Padre Colindres salía de Madrid en octubre de 1763, dirigiéndose a los con­ ventos de Andalucía a efectuar allí la visita, mientras el P. Zamora marchaba a Valladolid con la consigna de formar el proyecto y redactar los estatutos del futuro Seminario de Misioneros; en ellos no debía hablarse nada de reforma, sino sólo indicar la finalidad aparente del mismo, la predicación de misiones populares, lo que a su vez estaba en la mente de los superiores de la provincia. Mientras el P. Colindres realiza la visita a los conventos de Anda­ lucía y Valencia, el P. Zamora, tras de muchas cartas y consultas, for­ ma las constituciones provisionales del futuro Seminario de Misioneros, que remitió al P. Colindres en abril de 1764. Este le escribe desde Valencia (10 de mayo de 1764) manifestándole le parecen demasiado nimias sus prescripciones y proponiéndole en cambio las que él había hecho para los Seminarios de Sanlúcar de Barrameda y Monóvar, aunque con algunas modificaciones. Le adelanta también que para el establecimiento efectivo que precisaban diez a doce Padres y cuatro o cinco Hermanos (7). Un mes después, el P. Colindres dirigía sus pasos a la corte; allí acudió igualmente el P. Zamora; volvieron a tratar del asunto que tanto les interesaba, pero no hubo completo acuerdo ni tampoco se resolvieron todas las dificultades. El P. General presidió la Congre­ gación intermedia de la provincia el 22 de junio y, por insinuación suya, fue elegido Guardián de Toledo el P. Zamora, aun con repug­ nancia de éste ( 8 ). Es que el P. Colindres quería hacer tiempo hasta la celebración del próximo Capítulo, en octubre de 1765; en ese inter­ medio maduraría el proyecto del Seminario, se llegaría a un acuerdo en la redacción definitiva de los estatutos y, todo preparado y con la esperanza de que el P. Zamora fuese elegido Definidor, se daría enton­ ces el golpe y se establecería en firme el soñado Seminario. Entre tanto fueron bastantes las cartas cruzadas entre el P. General y el P. Zamora, mientras aquél iba realizando la visita a las restantes provincias de España, Francia y demás, insistiendo siempre el P. Colin­ dres: «Sería conveniente que el tal convento mirase a dos fines: el primero, de pura observancia, y el segundo, de misiones; y con este segundo título se ocultaría o haría menos reparable la novedad y dife- (7) Carta al P. Zamora, Valencia, 10 mayo 1764, en Manifiesto historial, fo­ lio 50v., doc. 1 . ( 8 ) ED, 227.

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