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GOBIERNO DE LOS PP. LOS ARCOSY CALZADA 143 en la catedral de Segovia. Aquí predicaron una famosa misión los Padres Eugenio de Sieteiglesias e Isidoro de Fermoselle; en esa ocasión declamaron fuertemente contra las máscaras y comedias, afirmando incluso que cuantos las representaban, veían o tenían intención de hacerlo, cometían pecado mortal (23). Al Consejo llegaron repetidas acusaciones y protestas en contra de los dos citados misioneros de Toro, y aquel organismo se apresuró a comunicárselo a los superiores de Castilla (24), y más tarde, el 2 de julio, mandaba recoger los sermo­ nes y remitírselos, prohibía predicar a los expresados religiosos, les ordenaba salir de Segovia y marchar a su convento de Toro (25). Hasta junio de 1771 no se les levantó el castigo (26). Tales desagradables sucesos tuvieron lugar mientras el P. Provincial, Fidel de Los Arcos, se encontraba fuera de España asistiendo al Capí­ tulo general. A eso hay que añadir algo que parece indicar la división existente entre los religiosos respecto al Seminario de Misioneros de Toro. Hacia él, como dijimos, no sentía el P. Provincial simpatía alguna, antes bien, bastante enemiga. De sentir contrario era el Padre Manuel de La Calzada, que actualmente gobernaba la provincia; del mismo sentir debían ser los Definidores. Estos, deseando con la mejor intención que aquel Seminario fuese algo estable y no quedase a mer­ ced del parecer de unos y otros, tomaron la resolución, en la reunión del 13 de enero de 1768, de dirigir al rey un memorial, pidiéndole interpusiese su valimiento para obtener bula de Su Santidad «que confirme la permanencia de las ordenaciones que dejó nuestro Reveren­ dísimo P. Colindres, que de Dios goce, peculiares para el buen orden y subsistencia de nuestro convento de misiones de la ciudad de Toro». El 18 de enero, el P. Vicario provincial presentaba personalmente a Carlos III dicho documento en el palacio de El Pardo (27). El rey tomó este asunto muy a pecho y dio orden a Manuel de Roda escribiese al embajador en Roma (2 de febrero de 1768), a fin de que, como ya se le había encargado el año anterior solicitar del Papa y del Definitorio general la aprobación de las Constituciones del Cole­ gio de Misioneros de Sanlucar, hiciese ahora lo mismo en pro del de Toro. A eso contestaba el embajador (25 de febrero) exponiendo había hecho las gestiones oportunas a favor del Seminario de Sanlúcar: que esperaba diese el Papa un Breve sobre el mismo y que luego se solici­ taría idéntica gracia para el de Toro (28). (23) Decreto del Consejo de Castilla, Madrid, 2 julio 1768 (Bibl. de la Real Academia de la Historia, Papeles de Jesuítas, 58, f. 201). Advertimos una vez más que este tomo de «varios» perteneció a la Librería de Capuchinos del Prado. (24) VA, 431. (25) Ibíd., 432-3, y Papeles de Jesuítas, 58, f. 201v. (26) VA, 467. (27) Ibíd., 428-9. (28) Esta documentación se encuentra en el Archivo de la Embajada de Es­ paña ante la Santa Sede, hoy en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid, legajo 217, n. 14.

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