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GOBIERNO DE LOS PP. LOS ARCOSY CALZADA 139 de Borja, basados en los de Toro, Sanlúcar y Monóvar (5), lo que no deja de llamar la atención, según lo que muy pronto se dirá. En dicho Capítulo no se dieron nuevas ordenaciones; la Definición creyó conveniente escribir sólo «una carta a los conventos, exhortando a la puntual observancia de las ordenaciones generales y de las par ticulares que formó para esta provincia nuestro Rvdmo. P. General, advirtiendo en dicha carta tal cual cosa». Concretamente se anotaban algunos puntos en que más se faltaba y una vez más se llamaba la atención de los predicadores, así como de los lectores, a fin de que sin miramiento alguno rechazasen o no aprobasen a cuantos no juzga sen aptos para los estudios. Por lo mismo se disponía que los exámenes tendrían lugar ante Padres señalados por el Definitorio, y en la vota ción no tomarían parte ni los Lectores ni Maestros de estudiantes, aunque estuviesen presentes a ellos ( 6 ). 2. No obstante que nada se dice en las tablas capitulares, es cierto que entonces quedó oficialmente establecido el Seminario de Misio neros en el convento de Toro. Le dedicaremos especialmente el siguiente capítulo. Sin embargo, ya adelantamos lo que consigna el libro oficial V iridario : que entonces se dio por fundado, enviando el P. Colindres, de su puño y letra, quién debía ser elegido Guardián y la lista de los que serían a él destinados, a lo que se atuvo en un todo la Definición: que el 13 de diciembre se recibieron las ordenaciones para el régimen de dicho Seminario, las que van firmadas por el P. Colindres en Maguncia, 19 de noviembre de 1765. Y aquí mismo se anota: «En dicho convento no parece ser el principal fin el de las misiones, sino el de observar con la mayor pureza y exactitud nuestra Regla, Cons tituciones y ordenaciones generales y provinciales, como se infiere de las referidas ordenaciones peculiares para él, cuyo original se remitió al R. P. Guardián el día 14, sacando una copia auténtica, que está en el Archivo de esta provincia» (7). La historia del expresado convento no desmintió nunca esa finali dad de la más pura observancia religiosa, pero a la vez fue foco intenso de irradiación apostólica al igual que centro de formación para predicadores y misioneros. Toro adquirió desde su misma fundación renombre y fama extraordinaria en ambos aspectos; los misioneros que allí residieron eran llamados a todas partes y con su predicación consiguieron éxitos maravillosos. Uno de los sucesos más lamentables para tal Seminario, así como para la provincia e incluso para la Orden, fue la inesperada muerte del P. Colindres, acaecida en Viena el 7 de junio de 1766, al efectuar allí la visita canónica. Con tal motivo, y en sufragio de su alma, se celebraron solemnes honras fúnebres en todos los conventos, y su me- (5) Exposición del arzobispo de Serges, Aranjuez, 8 junio 1795 (AGS, Gracia y Justicia, 644). ( 6 ) VA, 402; carta del Definitorio, Madrid, 2 noviembre 1765 (APC, 6/21). (7) VA, 403-4.
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