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136 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Fermín de Olite. En atención a su meritísima labor la Congregación de Propaganda Fide le concedió la gracia de ordenarse sacerdote en 1776, y más tarde el título y privilegios de Ex-Provincial. Recorrió incontables ciudades y pueblos, y allí falleció a fines de 1791 o comien­ zos de 1792 (24). Aparte de eso, en 1765 se confió a Castilla, aunque no oficialmente — lo será más tarde, según veremos— , la misión de Luisiana. Esta colonia francesa fue cedida a España en los últimos meses de 1762, cesión que se ratificó en el tratado de París el 10 de febrero de 1762. Prueba evidente del poco interés que tuvo por aquella colonia el go­ bierno español fue que, hasta mayo de 1765, no se preocupó de tomar posesión. En esa fecha nombró a D. Antonio de Ulloa gobernador de la misma; debía, además de tomar posesión, quedar al frente de ella. Ulloa partía de El Ferrol con las tropas expedicionarias el 27 de febrero de 1765 rumbo a La Habana; el 27 de febrero del siguiente año arribaba a la Luisiana. Con él y su armada iban también dos capuchinos castellanos, los PP. Clemente de Saldaña y Antonio de Mesones. Aunque parece que de momento iban en calidad de capella­ nes de aquel ejército, la intención de quien los envió era que siguiesen luego allí como capellanes de los soldados y misioneros de los habi­ tantes de la colonia, teniendo en cuenta que hasta entonces habían estado también allí Capuchinos franceses. Como Ulloa tuvo que reti­ rarse a La Habana ante la actitud levantisca de los mismos a quienes iba a gobernar, el 1 de noviembre de 1768, con él se retiraron y regre­ saron a la patria los dos Capuchinos castellanos. La carta en que Ulloa daba cuenta al gobierno español de lo sucedido en la Luisiana fue traída por el P. Saldaña, que arribaba a las costas españolas en los primeros días de enero de 1769 (25). Con más detención nos ocuparemos de esa misión de la Luisiana, encomendada oficialmente años más tarde a la provincia de Castilla; con ella está íntimamente ligada la fundación del Colegio de Misioneros de La Habana, de tan gloriosa historia. (24) Ibid., 320ss. (25) Del P. Saldaña se conserva una curiosa carta escrita desde Nueva Or- leáns, 30 marzo 1766, poco después de su arribo (BN., ms. 18745/29).

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