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124 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA mera piedra del convento el 28 de julio de 1757, con asistencia del Padre Provincial, Juan del Corral (49), y pocos días antes, el 16 del mismo mes, el Ayuntamiento de la anteiglesia de San Pedro de Deusto cedió a los religiosos unos terrenos para completar el cuadro de los que ya tenían. Como por otra parte no se estimaran de utilidad una casa y otras pequeñas heredades de las dejadas por Rucavado, se ven­ dieron para saldar deudas y completar la fábrica (50). Los religiosos se instalaron en el nuevo convento en noviembre de 1763. Más tarde solicitaron de las autoridades de Deusto se les per­ mitiese llevar el agua de una fuente próxima así como hacer nuevo camino, diferente del que ya existía, cosas que fueron concedidas a condición de que las obras se ejecutasen por cuenta de los Capuchi­ nos (51). Esas obras de la traída del agua y nuevo camino dieron comienzo en mayo de 1769, siendo Guardián el P. Teodoro de Villa­ diego, quien hace constar que aquella comunidad se componía en noviembre del mismo año de un total de 14 religiosos (52). 3. Haremos ahora con brevedad relación de otras fundaciones que se solicitaron estos años y que fueron aprobadas por los superiores pero que no llegaron a realizarse. Guardado el orden cronológico, está en primer lugar la de Torre- nueva, en la provincia de Ciudad Real. No sabemos a punto fijo quién la haya pedido ni tampoco la fecha exacta. Sospechamos que, al hacer el P. Provincial la visita a los conventos de La Mancha, para donde salió el 7 de enero de 1750, los vecinos u otras personas interesadas aprovecharon aquella ocasión para pedirle esa gracia. Lo cierto es que por entonces y comisionados por el P. Provincial pasaron a Terranova los PP. Ildefonso de Alcázar y Feliciano de Alaejos con objeto de hacer incluso las escrituras para realizar esta fundación, las que fueron fir­ madas el 31 del expresado mes de enero (53). Las condiciones estipu­ ladas debieron ser buenas y del agrado de los superiores, por cuanto seguidamente solicitaron en el mes de abril permiso del P. General para llevarla a cabo, el que sin pérdida de tiempo fue concedido. En mayo se consiguió asimismo la autorización del obispo, que «fue fir­ mada de propia mano por gracia particular» (54). No obstante tan halagüeñas perspectivas, ahí debieron parar las gestiones, sin que podamos esclarecer lo que sucedió posteriormente. Por esas mismas fechas se pedía por los vecinos de Cervera (Nava­ rra) otra fundación. Las condiciones puestas fueron asimismo favora- (49) VA, 358. (50) Autorización dada por el Síndico de la Provincia de Castilla, Madrid, 27 octubre 1762 (APC, 32/172). (51) Cuentas del coste del nuevo camino (APC, 32/174). (52) Relación del P. Guardián Teodoro de Villadiego, Deusto, 30 noviem­ bre 1769 (APC, 32/176). (53) VA, 315. (54) lbíd.

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