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122 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA de Aurrecoechea, que está en dicha anteiglesia de Deusto y su barrio de Goiri..., juntamente con las heredades que están atenientes a la misma casa, y se funde y haga a costa de nuestros bienes la iglesia para dicho convento, sin que para ello se pida alguna limosna» (31). No sabemos cuándo haya fallecido el Sr. Rucavado; lo cierto es que, cuando en Bilbao se conoció el contenido de su testamento y que los Capuchinos intentaban ponerlo en ejecución en 1734, fue tremenda la polvareda que se levantó de parte del cabildo de la anteiglesia de San Pedro de Deusto, de los Franciscanos de Bilbao y Abando, de los Agustinos y de otras personas (32). Los Capuchinos trabajaron en llevar adelante su intento, pero las dificultades fueron enormes y se pasaron no menos de otros diez años sin conseguir nada. Hasta se dio en contra el dictamen de un abo­ gado que contradecía la fundación y negaba legalidad al testamento (33). Le rebatió el P. Matías de Marquina, quien, como abogado que había sido antes de entrar en la Orden, defendió valientemente la justicia de la fundación y la legalidad del testamento (34). Con tales antecedentes y después de recibir el P. Marquina amplios poderes del P. Provincial, tomó posesión con tres religiosos más, el primero de octubre y ante notario, de la casa dejada por Rucavado (35). Los herederos de éste pusieron entonces pleito a los Capuchinos, lleván­ dose a segunda instancia a la Chancillería de Valladolid, la que man­ tuvo la posesión a favor de los religiosos (18 de julio de 1744) (36). Aun antes de esa fecha se consiguió el voto de la anteiglesia de Deusto, favorable a la fundación (28 de junio de 1744) (37). El P. Marquina solicitó asimismo permiso del señor obispo de Cala­ horra, quien dio su autorización para que se «pueda erigir hospicio y oratorio público eclesiástico en dichas casas que tienen en dicha ante­ iglesia de Deusto» (19 de noviembre de 1744) (38). Así lo realizó el Padre Marquina el 22 de noviembre, celebrando la santa misa en el oratorio público, erigido en las llamadas casas de Aurrecoechea (39). No satisfechos con eso los Capuchinos, siguieron adelante en su pretensión de erigir también convento formal. Al conocerse esta deter­ minación se suscitó nueva lucha en contra de parte de los Franciscanos Observantes de Bilbao y San Mamés, también de los Agustinos y otras varias personas; se entabló incluso pleito en la curia de Calahorra, la que dio auto (5 de mayo de 1750) por el que se mandaba retirar (31) APC, 32/77. (32) Estos documentos van fechados el 10 febrero 1734 (APC, 32/58). (33) Dictamen del señor Fontecha, Bilbao, 14 agosto 1743 (APC, 32/100). (34) Dictamen del P. Matías de Marquina, Bilbao, 18 agosto 1743 (APC, 32/101). (35) VA, 264-5. (36) Auto de la Real Chancillería de Valladolid, 18 julio 1744 (APC, 32/81). (37) APC, 32/79. (38) APC, 32/105; VA, 271. (39) Acta notarial de la erección canónica, Bilbao, 22 noviembre 1744 (APC, 32/59).

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