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80 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA 3. Queremos ahora hacer relación de aquellas fundaciones que, a través del tiempo transcurrido desde 1727 a 1746, se solicitaron u ofrecieron pero que no llegaron a realizarse por los motivos que iremos exponiendo. Seguiremos el orden cronológico de petición. Tenemos en primer lugar la de Villoría, en tierras gallegas, la que fue solicitada por los vecinos el 30 de julio de 1732; no fue aceptada, pero tampoco se aduce el motivo de la negativa (40). Más extraño aún fue lo sucedido con la fundación de Quintanar de la Orden (Toledo), la que fue justamente pedida por el Vicario provincial, P. Isidoro de Segovia, el 9 de marzo de 1733 (41), y además aprobada por todos los capitulares el 11 de octubre de 1734 (42); sin embargo, no siguió ade­ lante por motivos igualmente desconocidos. Antes de la celebración de ese último Capítulo, pero encontrándose ya reunidos los vocales, el 7 de octubre de 1734, el P. Provincial salien­ te, Felipe de Calahorra, hizo leer por el secretario las condiciones pues­ tas u ofrecidas para otra fundación en Agabanzal, pueblo sito a cinco leguas, poco más o menos, de Benavente. Examinadas por los capitula­ res, fue aprobada aquella fundación por unanimidad. Dos años más tarde, el 27 de julio de 1736, se reunía el Definitorio para tratar con más detención el asunto de aquella fundación en el valle de Nuestra Señora de Agabanzal, obispado de Zamora y posesión de don Martín Bustamante, quien ofreció tal oportunidad. Previamente habían sido enviados religiosos para ver el sitio y las condiciones que reunía; ante sus informes de que los religiosos no podrían mantenerse allí a causa de la pobreza de la tierra, los superiores acordaron no admitirla, aunque quedando agradecidos al bienhechor que la había ofrecido (43). Realmente no puede uno por menos de extrañarse al ver con qué frecuencia y además con qué interés, así pueblos como villas importan­ tes anhelaban tener en sus tierras un convento capuchino. Fueron en esos años los ya indicados y fueron asimismo Cantalapiedra y Deusto o Bilbao, que al fin consiguieron el logro de sus deseos, y otros más que insistieron en lo mismo, como Pozuelo de Belmonte del Tajo (Cuenca), Torralba (Cuenca) y Haro (Logroño). En la primera de estas tres últimas poblaciones se pretendió fundar en 1739. Al celebrarse Capítulo provincial el 27 de abril de dicho año, fue aprobada por unanimidad de votos esa fundación, ofrecida por la enunciada villa en el santuario de Nuestra Señora del Socorro, extra­ muros de la misma (44). Pero no se llevó adelante sin que podamos aducir los motivos que existieron. Lo propio se diga de la que a su vez ofreció la villa de Torralba, (4 0 ) C arta de los vecinos, 30 ju lio 1732 (A P C , 3 5 /6 2 ). (41 ) S olicitud del P. Isidoro al señor obispo para efectuar la fundació n, 9 m ar­ zo 1733 (A P C , 3 5 /6 3 ). E n ella dice había sido pedida por la v illa con el fin de que los religiosos asistiesen a los vecinos en el confesonario y a bien m o rir. (4 2 ) V A , 217. (43 ) lbíd., 217, 223. (4 4 ) lbíd., 232-3.

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