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OTRAS FUNDACIONES 73 poco era suficiente el agua para la huerta, proyectándose traerla de fuera, hacer cañería y asimismo estanque. Para todas esas obras dejaba el fundador consignada en su testamento la suma de mil ducados (28). Estaban situados convento e iglesia cerca de la entrada de la puerta de Zamora; la mayor parte del terreno lo ocupa hoy en día la carre­ tera que va a dicha ciudad, y el resto, casas particulares; de todo no quedaba otro recuerdo hace unos años sino el aljibe de agua potable para el consumo de los religiosos. Por otra parte, fueron casi totalmente destruidos en la guerra de la Independencia, al hacer por allí las tropas francesas su ataque a la ciudad. De todos modos sabemos que el plano del primitivo convento constaba solamente de dos pisos, y su forma era un polígono irregular. El piso bajo lo formaban únicamente ofici­ nas, y el superior 21 celdas para los religiosos, más once para los no­ vicios y aparte la enfermería. Era un edificio sencillo, pobre y austero en armonía con la índole penitente de sus moradores. La iglesia era también pequeña, con bóvedas sencillas y fachada pobrísima: un frontón con una ventana circular y una cruz de remate. Tenía también varias capillas, al estilo de las otras iglesias capuchinas, entre ellas una que más tarde se dedicó a la Divina Pastora y otra a Jesús Nazareno, levantada por el famoso poeta y catedrático D. Diego de Torres Villarrcel, que quiso ser allí enterrado (29). En el altar mayor y formando el retablo, como era costumbre entre los Capuchinos, había un gran cuadro, obra de Vicente Carducho, en el que se representaba a San Francisco, titular de la iglesia, «con gran pedazo de gloria arriba y Cristo Señor nuestro y su Madre Santísima, y abajo gran número de Santos de la Orden» (30). El convento de Salamanca fué destinado casi inmediatamente de su inauguración a casa-noviciado, siendo Maestros de novicios, en los primeros años, los propios Guardianes, a los que «se les concede li­ cencia de recibir novicios por enseñar la experiencia que los estudiantes se divierten a otras partes si no son luego recibidos» (31). Y esa elección para noviciado fué tan acertada «que no se ha va­ riado desde sus principios, hallándola siempre tan a propósito por su recogimiento y demás cualidades que deben tener las que ocupan se­ mejante ministerio» (32). ( 28 ) Cfr. el testamento de D. Juan Mier de Noriega en Archivo Prov. de Ca­ puchinos de Castilla, 28 / 00018 . ( 29 ) Cfr. J u a n A n t o n io V ic e n t e B ajo , Chantre, Guía descriptiva de Salaman­ ca , Salamanca, 1901 , p. 287 . ( 30 ) F. J. S á n c h e z C a n t ó n , Fuentes para la historia del arte español, t. IV, Madrid, 1936 , p. 100 .— P on z, Viaje por España , X II, 2 .a ed., Madrid, 1788 , p. 263 . (3 1 ) A. d e G r a n a d a , m s . c ., pp. 6 0 y 6 5 .— M o n z ó n , m s. c ., f. 25V. (3 2 ) M o n z ó n , ibid.

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