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7 2 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA parte que fuere menester para la dicha fundación por el precio que valiere» (21). La primera piedra se puso el 15 de junio de 1615, oficiando en esta ceremonia el Deán del Cabildo (22). Y lo primero que se hizo fué levantar un cuarto que sirviese de portería, y encima una sala donde el capitán D. Juan Mier y Noriega se instaló con su criado para dirigir las obras (23). Estas se comenzaron «muy a gusto de toda la Provincia, y ha teni­ do esta casa en lo material y en lo formal notable dicha, pues en todo se trae por ejemplar con ocasión de mucha virtud que continuamente se ha profesado en ella. Hízose una muy buena huerta, la necesaria para que se pueda tener siempre bien cultivada, y el beneficio es tal que rinde sazonados frutos y abundantes hortalizas; tiene su fuente, aunque no muy caudal, pero dé muy buena agua» (24). «Todo se acabó con harta brevedad», de tal manera que al año y medio se levantó el convento y con la misma celeridad se construyó la iglesia (25), haciéndose la traslación del Santísimo el año 1617, ofi­ ciando en esta ocasión el Obispo de la diócesis, D. Francisco Mendoza, y tomando parte en esta fiesta toda la ciudad, revistiendo la ceremonia solemnidad extraordinaria (26). El capitán, hombre profundamente piadoso, después de disponer su cuarto que formaba parte del mismo convento, hizo una tribuna que le comunicaba con la iglesia; allí asistía día y noche, como si fuera uno de tantos, religiosos. Más tarde pasó a vivir entre ellos en hábito de terciario y despidió a su criado, no queriendo en adelante saber más noticias del mundo, hasta el punto de que habiendo recibido un despacho del Rey, poniéndole sobre su cabeza en señal de reveren­ cia, sin abrirlo siquiera, lo devolvió al mensajero diciendo: «Decid al Rey que ya D. Juan de Mier es muerto». Nonagenario terminó sus días en el mismo convento y fué enterrado en el cementerio común de los religiosos (27). El 29 de noviembre de 1621 otorgaba su testamento el mencionado capitán y fundador del convento de Salamanca. De él se deduce que para esas fechas aún no estaban totalmente terminados convento e igle­ sia. La enfermería, que antiguamente se poma en todos los conventos, estaba aún haciéndose. Las tapias de la huerta, hechas de tierra, se estaban arruinando y era necesario hacerlas de piedra y pizarra; tam- ( 21 ) Actas Capitulares de Salamanca. Año 1614 . Cabildo del mes de octubre. ( 22 ) Estadismo de la ciudad de Salamanca — 1902 —. Salamanca, 1902 , p. 81 . ( 23 ) A. de G ranada , ms. c., p. 32 . (2 4 ) M o n z ó n , m s. c ., f. 25. ( 25 ) Ibid. —A. d e G ran ada, m s. c., p. 32 . (2 6 ) B . D o r a d o , o . c ., p . 46 3 . ( 27 ) F. de G ranada , o . c ., p. 37 .—A. de G ranada , ms. c., p. 32 .

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