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7c LA PROVINCIA DÉ FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA un nuevo curso de Artes, y como coiegio de estudios debió seguir hasta la división de la Provincia en 1625 (14). 3. C o n v e n to de S a lam a n c a . — Salamanca, lo mismo que Alcalá, era en el siglo XVÍI emporio de ciencia a donde acudía a graduarse la juventud estudiosa, si quería el día de mañana tener un puesto de honor en el gobierno de la nación o en la cátedra. Por eso en ella se fijó el P. Serafín de Policio, como a su vez lo había hecho anterior­ mente con Alcalá, para tratar de fundar allí un convento. Exisdendo allí Universidad y Escuelas, se podría ofrecer ocasión de que entrasen en la Orden sujetos insignes en virtud y en letras. Abrió horizontes en ello lo sucedido a . un capitán, por nombre D. Juan de Mier y Noricga, natural de San Vicente de la Barquera. Había prestado éste una considerable suma de dinero a un genovés, quien, después de fracasar en sus negocios, se negó a pagar a sus acree­ dores. Sumamente afligido el citado capitán, comenzó a tratar a los Capuchinos de Madrid, a quienes expuso sus necesidades y aprietos; al mismo tiempo les prometió que, si volvía a recobrar su hacienda, la destinaría a obras pías, sobre todo a fundación de algún convento. Con tal promesa se animaron los religiosos a solucionarle el asunto, y a tal efecto hablaron a su gran bienhechor D. Octavio Centurión, Mar­ qués de Monasterio, quien tomó como suyo el despacho de este ne­ gocio. Efectivamente: poco tiempo después podía comunicar al P. Se­ rafín que, si el capitán seguía firme en su promesa, el asunto de la hacienda estaba favorablemente resuelto (15). Con esos antecedentes se dirigieron al Duque de Lerma y al Con­ sejo, exponiendo los propósitos que tenían de llevar a cabo una nueva fundación en Salamanca, y al propio tiempo los medios con que contaban para realizarla. Todo resultó a medida de sus deseos. Presen­ tada la solicitud al Consejo y expuestos ios motivos para fundar, el Consejo contestó favorablemente, apoyándose en las razones expuestas, entre otras, que la Orden tenía necesidad de fundar en Salamanca «para comodidad de los estudios y de los sujetos que de ellos se sacaría para servicio de dicha Religión». La licencia del Consejo fué despachada el 13 de enero de 1614, y juntamente se autorizó en la misma Real Cé- duia la fundación de Granada (16). Dado este importantísimo paso sin gran contratiempo, el P. Serafín, fiado de la «gran prudencia, virtud y letras» del P. Diego deQuiroga, le envió luego a Salamanca (17). (1 4 ) A . d e G r a n a d a , m s. c ., p p . 6 7 -7 0 . Sucesión delaProvincia de Capuchi­ nos de Andalucía, m s. c ., ff. 4 -5 .— F . d e G r a n a d a , o . c .,p. 6 5 . (1 5 ) M o n z ó n , m s. c ., ff. 2 4 -2 5 .— F . d e G r a n a d a , o . c ., p p . 3 5 -3 6 . (1 6 ) Archivo Prov. d e Capuchinos d e Castilla, 2 8 /0 0 0 1 9 .— V a l e n c in a , o . c ., I, p p . 4 1 -2 . (1 7 ) M o n z ó n , m s. c ., f. 25.

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