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MÁS CONVENTOS EN CASTILLA 63 delante del convento (la era actual de la huerta) y se hizo una galería para S. M ., que estaba junto al cuarto del noviciado. En 1615 se hace el empedrado de las ermitas que había en la huerta para satisfacer la devoción de los religiosos; se construyen minas, pozos y zanjas para llevar el agua, obra que ya se había comenzado en 1613; finalmente, entre las obras realizadas en la iglesia, se cuenta una capilla para el Santísimo Cristo y otra de San Francisco (34). Si bien no eran precisamente los Capuchinos los que estaban al frente de esas obras, tenían en alguna manera la vigilancia de ellas y debían dar su conformidad par que los obreros pudiesen cobrar (35). No se contentó Felipe III con hacer el convento sino que procuró que la estancia de sus moradores fuese lo más llevadera posible. Era de todo punto necesario traer el agua para uso de los religiosos y para la huerta, e hizo conducir la de cuatro fuentes del monte, sobre todo la llamada fuente grande que tomaba su agua un cuarto de legua lejos del convento en dirección de Valdelapeña (36). «Llevado de la de­ voción que tiene al monasterio de Nuestra Señora de los Angeles», manda dar al convento anualmente 150 cargas de leña por tiempo de su voluntad (37 ). Se considera y tiene como padre y proveedor de tales religiosos que vivían en aquella soledad, y, aparte de otras limosnas, ordena darles semanalmente cuatro carneros; mas pareciéndoles de­ masiado y contrario a la pobreza, no quisieron aceptar sino sólo dos. Eran entonces de residencia 22 religiosos; mas luego, aumentando en número hasta llegar a 40, también, el Rey mandó aumentar la ra­ ción dándoles semanalmente 73 libras de carnero para su sustento (38). Ni queremos bajar a otros pormenores y a otros regalos hechos por el Rey y la Reina, tales como cuadros de mérito, relojes, obras de arte, etc. Pero no podemos por menos de anotar que, al morir, dejó determinado fuese llevado a su convento de El Pardo el cuadro de la Virgen del Consuelo que tenía en su cuarto y ante la cual rezaba diariamente sus devociones, cuadro que por fortuna aún se conserva en la iglesia. Mas donde sobre todo se manifestó el aprecio que por los Capu­ chinos sintió Felipe III fué al donarles la sagrada y venerada imagen de! Santísimo Cristo yacente. Gregorio Hernández, insigne escultor vallisoletano, había labrado ( 34 ) Archivo del PalacioNacional de Madrid.—Patrimonio. El Pardo.—Leg. 6 , «Lista de gente aue trabajó en dicho sitio» (el convento). (35) Ibid. ( 36 ) Memorias de las fuentes de este convento [de El Pardo ] y del nacimien­ to de ellas. Ms., f. 7 (Archivo Prov. de Cap. de Castilla, 27 / 00071 ). ( 37 ) Archivo de! PalacioNacional de Madrid.—Cédulas Reales, t. X I, f. 445 . ( 38 ) Archivo del PalacioN. de Madrid.—Secc. Administrativa.—Corporaciones Religiosas.—Capuchinos.—Leg. 3 , Convento de El Pardo.

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