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46 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Postulador de la causa, h izo el último en 1783 sobre la identidad del cuerpo, extrajo las reliquias que se llevaron a R om a y , tan pronto com o tuvo lugar la beatificación, escribió su vida que, aunque resa­ biada del gusto de la época, está bien documentada y creemos es la obra de más valor histórico salida de su pluma ( 35 ). Por otra parte, al celebrarse en M adrid las solemnísimas fiestas de su beatificación en 1 7 8 4 , fiestas que duraron diecisiete días, los bille­ tes enviados com o invitación llaman a San L oren zo «fundador de esta santa Provincia de Castilla» ( 3 6 ). Y aun hoy en día la actual Provincia de Castilla n o se ha olvidado de ese hecho y, com o cariñoso recuerdo, ha colocado en el testero del altar mayor de la iglesia de Jesús de M adrid un bello cuadro en el que su autor. D . José Llasera, ha querido representar la ceremonia de la posesión simbólica del primer convento. En él, aunque n o respon­ diendo en rigor a la verdad histórica, aparece San L oren zo bendicien ­ do la C ruz en presencia del Sr. N un cio, de Felipe III y Margarita, del duque de Lerma, de otros nobles y de varios religiosos capuchinos. (35) Nos referimos a la obra que hemos citados varias veces: Vida, virtudes y milagros de San. Lorenzo de Brindis, la cual ha tenido tres ediciones: M adrid, 1784 y 1904, y Barcelona, 18 8 1. N o contento con eso, compuso un Compendio, M adrid, 1784, obra por cierto bastante rara y que sin duda se publicó para dar a conocer en el pueblo la figura del santo de Brindis. (36) C fr. Colección «Papeles de Jesuítas», t. 59, f. 272, impreso, una hoja (Bi­ blioteca de la Academ ia de la Historia). Aunque dicha colección se ha llamado de Jesuítas, hay bastantes tomos de papeles varios que pertenecieron a la Biblioteca de San Antonio del Prado, entre ellos este tomo 59, como se dice claramente al principio de él.

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