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NUEVOS INTENTOS DE FUNDACIÓN EN CASTILLA 4 5 Después del acto de la toma de posesión, llevada a cabo con toda esa extraordinaria solemnidad, tuvieron lugar otros cultos religiosos que se prolongaron por cuatro días. A sí quedaba hecha la fundación de M adrid, que al p rop io tiempo será el principio de una nueva Provincia capuchina en España, la de la Encarnación de las dos Castillas. 5 . Cerremos este capítulo d iciendo algo sobre quién ha de ser considerado precisamente com o su verdadero fundador. E l P. An ton io de Alicante, acérrimo defensor y apologista d e l P. Serafín de Policio, trata de vindicar para éste toda la gloria de haber sido el ún ico y verdadero fundador de Castilla, negando por el contrario rotundamente que a San L oren zo de Brindis pueda atri­ buírsele ( 31 "). Y hasta llega a echar en cara a los historiadores de Cas­ tilla la ingratitud con que, a su parecer, habían p roced ido, al no re­ con ocerlo así ni siquiera en la traducción de las Crónicas generales de la Orden ( 32 ). Sin embargo de eso los cronistas castellanos y también los andalu­ ces han dado preponderancia en esa gloria a San L oren zo de Brindis, considerando sin .duda que, gracias a su influencia innegable, se con ­ siguió el permiso del rey, com o ya hemos h echo notar ( 33 ). N o obstante, en justicia, creemos que uno y otro, San L oren zo de Brindis y el P. Serafín de P olicio, tuvieron parte en dar los pasos para llevar a cabo la fundación, y a entrambos cabe consiguientemente su parte de gloria. E l P. P olicio, alcanzando la licencia del C onsejo, y lue­ g o S. L orenzo, logrando decidir el ánimo de Feline IH por medio de la reina, y uno y otro ven ciendo la resistencia del duque de Lerma. Mas justo es también reconocer, y lo hacemos de buen grado, que fu é propiamente el P. P olicio quien llevó el peso de aquella o ri- mera fundación y de las otras que a ella se siguieron, el que fu é alma y vida de la naciente Provincia, el que dirigió su organización y sus progresos, y el que rigió sus destinos durante los siete primeros años. A pesar de tod o la Provincia de Castilla, sin querer quitar esas glorias al P. P olicio, ha considerado siempre com o su fundador a San L orenzo, quizás por verle adornado con la aureola de la santidad. C om o prueba y agradecimiento llevó a cabo por m edio de sus religiosos los procesos de su beatificación hechos en 16 24 , 1 6 2 6 , 1 6 3 0 , 1677 y 1 7 24 ( 3 4 ). Y , finalmente, el con o cid o P. Francisco de A jofrín , V ice- (31) A l ic a n t e , m s. c., pp . 12 3 -2 6 . (3 2 ) Ibid (3 3 ) F é lix de G r anada , o . c ., pp. 1 5 -1 7 .— A g u st ín d e G r an ada , m s. c., pp. 11- 12.— A jofrín , o . c ., pp. 34 ss. ( 34 ) C fr. L u c io M .a N ú ñ e z , O . F . M ., Los Procesos de 1630 y 1677 Para la beatificación de San Lorenzo de Brindis, en Archivo Ibero-Americano, X I I ( 19 T 9 ), pp. 321 - 389 , y P. A jo f r ín , o. c., p. 505.

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