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3 « LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA «la consulta que el C onsejo R eal h izo tan en nuestro favor, la trabajó y procuró el P. Provincial de Valencia a quien se le debe m u cho, por­ que con su diligencia y buena maña, valiéndose del Sr. Condestable y Sra. Duquesa de M edina de R íoseco, acabó tan bien este paso que era en realidad el más d ificu ltoso» ( 12 ). Afortunadamente el C onsejo falló el pleito a favor de los Capu­ chinos el 14 de julio, fiesta del Seráfico D o cto r San Buenaventura, n o­ tando a este propósito los cronistas «qu e todos los felices sucesos que tuvo esta fundación, todos los tuvo en días de los santos de nuestra O rden » ( 13 ). Esta consulta o fallo del Consejo fu é llevado a Segovia, donde se hallaba a la sazón Felipe III, con el fin de obtener también su perm i­ s o ; pero nada se consigu ió hasta su vuelta a M adrid en los primeros días de septiembre ( 14 ). P o co después, a mediados de este mes, llagaba también a la Corte San L orenzo de Brindis, gloria preclara de la O rden Capuchina, en calidad de embajador del emperador de Alemania y del Papa cerca del R ey Católico. C on su venida se alegraron sobremanera los Capuchi­ nos, que en número por lo menos de diez se hallaban hospedados en el Hospital de los Italianos. La fama y santidad del de Brindis por una parte y por otra su íntima amistad con la esposa de Felipe III, D .a Margarita de Austria, a la que había con ocid o y tratado siendo niña en Viena, eran presagio del buen suceso que tendrían las cosas ( 15 ). 3 . C om o ya hemos indicado antes, la primera dificultad, la de alcanzar licencia del Consejo, estaba vencida. Tratábase ahora de con ­ seguir el permiso del rey. N ingun o más a propósito que el propio San (12 ) Carta del P. Severo de Lucena, Capuchino (M adrid, 13 de octubre de 1609), en Vida, virtudes y milagros de San Lorenzo de Brindis, por el I \ FEAN- c isc o d e A jo f r ín , O. F . M Cap., 2.a ed., Barcelona, 18 8 1, pp. 569-77. (13 ) A l ic a n t e , ms. c., p. 12 2, n.° 10. (14) Carta del P. Lucena, ya citada, ibid., p. 570. Por los Despachos de F e ­ lipe I I I (Archivo de Simancas.— Estado. L eg . 2.704) del año 1609 se deduce que se encontraba en Segovia desde primeros de agosto hasta el 2 de septiembre; en cambio, ya aparece un despacho fechado el 3 de septiembre en M adrid. (15 ) L o s Reyes debían tener ya un alto concepto del Santo, puesto que en repetidas cartas Guillér. de San Clemente, escribiendo a S . M . desde Praga en 1607 y 1608, había puesto de manifiesto su virtud y valor, llamándole sin rebozo «santo varón», «santísimo hombre, vasallo de V . M . y por quien y por la real prole de V . M . y de la reina nuestra señora está continuamente haciendo oración» (Simancas.— Estado. L e g 2.493). Por su parte el embajador en Alem ania, D . B al­ tasar de Zúñiga, dió a S. Lorenzo las convenientes instrucciones (Praga, 8 de ju­ nio de 1609) (Simancas.— Estado. L eg. 709, f. 56). En ellas dice lo que debe hacer en su itinerario desde A lem ania: que debía entrar por B arcelona; que, al llegar a M adrid, se hospedase en los Descalzos que llaman de San G il, «que es junto a Palacio»; ie aconseja luego que vea, entre otros, al Duque de Lerm a, «muy devo­ ro de las Religiones y en particular de la de San Francisco, y quizá él mismo querrá llevar a V . P. a la audiencia de S. M .».

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