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NUEVOS INTENTOS DE FUNDACION EN CASTILLA 37 E l día 15 partía el P. General de M adrid en d irección de las P ro­ vincias de Aragón y Cataluña. Aqu í lo encontramos el 14 de agosto del m ismo año T 6 0 9 , presidiendo el Capítulo Provincial ( 8 ). Dejsba sin embargo en buenas manos el asunto de la fundación de M a d rid ; el P. P olicio quedaba encargado de todo y hasta era designado Comisario para efectuar no sólo esa fundación sino cuantas pudieran legrarse en Casulla ( 9 ). Muchas dificultades, y no de p cca monta, le saldrán al paso. Tendrá que llevar adelante la pretensión ante el C onsejo de Castilla, y luego vencer la voluntad del rey y, lo que fu é más duro todavía, la del privado de Felipe III. Vamos a ver cóm o paso a paso se fueron allanando todas esas barreras. E l memorial que el P. Castelferretti dió al rey, lo rem itió éste al C onsejo de Castilla, al que incumbía cuanto se relacionase con fun ­ daciones. A llí se entabló pleito formal entre los Capuchinos y aquellos otros religiosos que se oponían a la nueva fundación en M a d rid : Be­ nedictinos, Observantes y Descalzos, y, más que los otros, estos últimos. T o d o s los cronistas capuchinos, varios de ellos testigos presenciales, están contestes en afirmar que d ich o pleito se ventiló ante el Consejo en forma de verdadero juicio. En tan apurado trance el P. Policio prometió a San Antonio de Padua que, si el C on sejo fallaba a favor de los Capuchinos, le ded i­ caría la primera iglesia que se edificase, y, para obtener mejor esta gracia, mandó a los religiosos de la Provincia de Valencia, de la que seguía siendo Superior Provincial, «qu e todas las noches, después de la estación del cordón , se dijese a este fin en comunidad en todos los conventos el R esponsorio de San An ton io y que no parasen hasta otra orden suya» ( 10 ). E l P. Antonio de Alicante, gran panegirista del P. P olicio, nos da toda clase de pormenores de los esfuerzos hechos por éste para llevar adelante su intento, «solicitando la causa de la fundación con el Pre­ sidente y M inistros del Real Consejo, hablando a cada uno de por sí y presentando a todos memoriales en que con razones eficaces les signi­ ficaba la necesidad y conveniencia de tener nuestra R eligión en la corte de S. M . un con ven to». Añade asimismo que dicha causa no se sacó del Real C on se jo : que allí se com en zó, se prosiguió con todos los tér­ m inos y rigor de justicia con que se tratan las causas que se resuelven en él, y aquí felizmente se con cluyó ( 11 ). Por su parte el P. Severo de Lucena, compañero de San Lorenzo en su embajada ante F elipe III, no obstante que atribuye gran parte de la gloria de la fundación al de Brindis, n o deja de reconocer que (8) Libro de los Actos Capitulares de Cataluña, m s. c., ff. 17V .-18. (9) A lic a n t e , m s. c., p. 118, n .ü 4. (10) Ibid., p . 119, n .° 5. (11) Ibrid., p. 121, n .° 8.

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