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PRIMEROS INTENTOS DE ESTABLECERSE EN CASTILLA 27 en el capítulo preliminar, y al m ism o tiempo nos da más luz sobre las dificultades que surgieron para esta fundación. Se trata, com o ya hemos insinuado arriba, de un memorial presen­ tado a Felipe II por el Com isario general y otros Prelados de la O r­ den de San Francisco, y d ice así transcrito literalmente: « I S. C . R . M .— Abra com o 4 anyos que el marques de Sta. Cruz hizo venir de Italia unos frailes de Sant Francisco ilamados Capuchi­ nos, con intento de que fundassen conventos en Espania y les dio en el V iso un monasterio suyo qu e eslava haciendo; lo qual entendido por V . M . y su Real Consejo mando al N u ció y sus consultores que viesen si convenia aniadir otra R eligión nueva en Espania y mirado por ellos con cuidado la muchedumbre de Religiones y conventos p o ­ bres, y particularmente de Sant Francisco, hicieron relación a V . M . que no convenía aniadir sobrecargas a la república con admitir nuevos religiosos pobres, particularmente siendo los Capuchinos de p o co p ro­ vecho exterior para las almas, porque tienen estatutos que ninguno de ellos pueda confessar, y para predicar entre ellos ay muy p ocos, y las demas Religiones en los pueblos de donde sacan las limosnas tie­ nen cu idado de acudirles con estos beneficios espirituales, y con esto tienen harto en que entender para sustentarse por ser tantos. V isto esto, mando V . M . y su Real Consejo que dichos Capuchinos saliessen de Castilla; y porque el mandato n o dezía de toda Espania, bolvien- dose para Italia, se quedaron en Barcelona donde han hasta agora, que quieren extenderse por Espania y causar inquietudes entre los religiosos de las provincias antiguas de la Orden de Sant Francisco, com o consta de la provincia de la Conception , a donde el Prelado de dichos Capuchinos ha enbiado patentes para que los frailes del A b ro ­ jo y de otras casas se passen a su obediencia, de que está aquella p ro­ vincia alborotada. Y en Valencia, viendo el Patriarcha que no puede salir con su pretention de los R ecoletos, quiere que los Capuchinos se passen a Valencia y los R ecoletos se junten con ellos y hagan otro convento en dicha ciudad, teniendo ya quatro de Sant F ran cisco; de suerte que, si esto n o se ataja, servirán de inquietar a las repúblicas y a las provincias antiguas de Sant Francisco cuyos exercicios en predicationes y confessiones y otros servicios son manifiestos y sirven ha V . M . en lo que les es mandado y tienen harta carga los seculares en sustentarles. Atento lo sobredicho suplican ha V . M . el Comisario general cismontano y los demás prelados de la O rden de Sant Fran­ cisco sea servido de que assi com o se mando a los dichos Capuchinos salir de Castilla, se les mande salir de toda Espania, que ellos mes- mos an d ich o que con media palabra que les manden, se irán luego, de que rescebira toda la O rden m erced y beneficios de V . M . cuya Real Persona D ios para la deffension de la Santa F e nos conserve.» A l pie de dicho memorial Felipe II añadió de su puño y letra:

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