BCCCAP00000000000000000000155

(422 I.A PROVINCIA DE FF. MM . CAPUCHINOS DE CASTILLA Conoció con anticipación el día de su muerte y luego se apareció a otro religioso, participándole la dicha de haberse salvado ( 24 ). U n año después fallecía en S. Antonio del Prado F r. Cipriano de Sorrento (m. 1632 ), quien desempeñó por muchos años en dicho conven­ to el oficio de enfermero mavor, distinguiéndose por su extraordina­ ria caridad en cuidar a los enfermos. Fueron también señaladas su pe­ nitencia v elevada oración. Dejó esta vida mortal a los cuarenta años de religión, gozando gran fama de santidad, y con las reliquias de su hábito se obraron después algunos prodigios ( 25 ). E n la festividad de las Llagas de ese mismo año, 17 de septiem­ bre de 1632 , en el mencionado convento del Prado, mudaba este des­ tierro por la patria el P. Sebastián de Santa Fe . Estudiante en Sala-* manca, dejó su carrera y el mundo para tomar nuestro hábito con an­ helos fervorosos de conseguir la perfección. Se distinguió por su amor a la oración y penitencia y asimismo por su predicación ardiente, lle­ gando a obtener el título de Predicador de S. M . Gobernó Castilla como Ministro Provincial y recibió de Dios gracias extraordinarias, de las que fueron testigos muchos religiosos que con él convivieron, ante los cuales gozó en vida y en muerte de gran fama de santo y vir­ tuoso religioso ( 26 ). De F r. Mateo de Santa Ana (m. 1636 ), hermano lego, nos refiere el P. Tuan de Monzón, que le conoció y trató, casos muy extraordinarios, V tejiendo la apología de sus virtudes, hace resaltar su penitencia, sin permitir tampoco el uso de las sandalias, y le pone por modelo acabado de oración v laboriosidad ( 27 ). Con fama de santo vivió y murió, y por tal tuvo siempre la Pro­ vincia al P. Antonio de Milmarcos ím. 1637 ), que, si fué sumamente hu­ milde, pacífico y sufrido, brilló igualmente por su pobreza y por su obediencia en grado extraordinario ( 28 ). Modelo fué también de esas mismas virtudes v descolló de modo especial por su castidad, el P. Eugenio de Yébenes (m. 1638 ), de quien pudo escribirse que fué «retrato de San Francisco y espejo de toda virtud» ( 29 ). «El hermano F r. Lorenzo del Campillo también murió ( 1629 ) con mucha muestra de santidad, como siempre la dio en vida.» Sobresalió por su penitencia v por su modestia, y en el desempeño de su oficio de portero se mostró dechado perfecto de caridad; fueron varios les ( 24 ) Monzón ms. c., pp. 383 - 4 . — Biografía hispano-capuchina, pp. 565 - 67 .— Crónicas Capuchinas, Quinta parte, o. c., po. 460 - 62 . ( 25 ) Monzón, ms. c., pp. 319 - 324 .— Crónicas Capuchinas, quinta parte, pp. 545 - 48 . ( 26 ) Monzón, ms. c„ pp. 344 - 48 .— Crónicas Capuchinas, Quinta parte, pp. 542 - 545 .—Anguiano, Paraíso en el desierto, o. c., pp. 78 - 81 . ( 27 ) Tbid., pp. 364 - 68 . ( 28 ) J b i d pp 328 - 29 . — Félix de Granada, Anales, o. c., pp. 75 - 76 . ( 29 ) Monzón, ms. c., pp. 41 - 419.5 —Félix de Granada, o. c., p. 72 .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz