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- fió LA PROVINCIA DE FF. MM . CAPUCHINOS DE CASTILLA institutos que ellos tienen y de mayor beneficio para el prójimo» (i). Precisamente esa vida de pobreza, de retiro y oración, de despren dimiento de las cosas de la tierra, y juntamente de apostolado y de predicación fervorosa, a la que ayudaba poderosamente el ejemplo vivo de sus virtudes, fué el secreto de las fundaciones que en Castilla se llevaron a cabo, las cuales nacieron a impulsos de la devoción que unas veces los pueblos, otras veces muchos ilustres personajes comenzaron a sentir hacia los Capuchinos, a quienes se les llama frecuentemente en los documentos «varones santos». Así, cuando Felipe I I I daba su Cédula Real p 2 ra la fundación del convento de Antequera ( 16 1 3 ) hace notar que la ciudad había pedido a los Capuchinos «por la pobreza y ejemplo con que vivían» ( 2 ). Cuando ¿simismo Jaén pide a los Capuchinos que funden allí un con vento, añade esta razón: «Por haber sido deseado de todos estados de gentes gozar de tal Religión y tan santos varones y porque con forme a su instituto, como es notorio, no sólo no son penosos ni mo lestos para su sustento, antes por medio de oraciones y sacrificios y pobreza y desnudez, le dan espiritual y temporal a las almas con su ejemplo» ( 3 ). Asimismo el Cardenal Moscoso, al dar su permiso para la fundación de un convento de la Orden en Andújar decía: «Consi derando el mucho fruto que hace ésta en la Iglesia, edificando espi ritualmente los ánimos de los fieles con su predicación y ejemplo, de más de la mucha devoción que tenemos a la dicha Religión» (. 4 ) ; y escribiendo a la ciudad añadía: «prometiéndome con el ejemplo de tan santos religiosos muy grandes medios de virtud y devoción» ( 5 ). Digno también de citarse es el testimonio dado ñor la ciudad de Toro en 1619 cuando así contestaba al rey, diciendo había admitido a los Capuchinos «atendiendo al mucho provecho y ejemplo que se sigue a los lugares donde están..., y pareciendo a la dicha ciudad es taban lejos para gozar del provecho que de tratarlos se sigue, acordó nedirles se viniesen a la ermita de San Roque, que es a los muros de la ciudad» ( 6 ). A ello se añade el testimonio dado al Sr. Obispo de Zamora, diciendo que «toda la ciudad está muy edificada con su vida, doctrina y ejemplo y se desconsolaría mucho de que la privasen de tan ejemplares y santos religiosos» ( 7 ). Y , en respuesta a! Consejo, ( 1 ) Cfr. supra, p. 17 . ( 2 ) C fr. dicha Cédula en C órdoba , Brezis notitia, o. c., p. 4 . (3) V ai . encina , Reseña histórica, o. c., I, p. 201 , donde copia el acuerdo de la ciudad (19 de febrero de 1621 ). ( 4 ) Ibid, p. 216 . donde transcribe dicho permiso (16 de enero de 1622 ). ( 5 ) Ibid., p. 218 . ( 6 ) Contestación del corregidor de la ciudad de Toro (9 de octubre de 1619 ) a la provisión del rey en contra de la fundación (APC, 28 / 00040 ). ( 7 ) Recomendación de la ciudad de T o ro para que el O bispo interponga su va-
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