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412 LA PROVINCIA DE FF. MM . CAPUCHINOS DE CASTILLA go de Autoridades publicado por la Academia Española de la Lengua. Per otra parte, si P. Torrecilla, hombre de inmensa cultura y muy instruido en letras sagradas y profanas, como puede comprobarse por las numerosísimas citas que a cada paso se encuentran en sus obras, espone su doctrina con agudeza de ingenio, silidez de razonamiento e interés y novedad en el desarrollo de las cuestiones. Además, sus opi­ niones se ven corroboradas con la aprobación de muchos teólogos de fuera y dentro de la Orden, llamándole unas veces «doctísimo», «sa­ pientísimo, dignísimo Definidor general de la Orden Capuchina, me- ritísime Calificador ex muñere del Santo Oficio de la Inquisición», et­ cétera ( 7 1 ). Valgan, por todas las alabanzas que pudiéramos prodigarle, las pa­ labras del D r. D . Manuel de Ayala Salcedo: «Es muy gigante nuestro Rmo. P. Torrecilla, muy diestro en las disputas canónicas, morales y teológicas; su pluma está muy hecha a coronarse de triunfos; con su modestia rinde y con sus razones y argumentos convence... Ninguno basta ahora le ha hecho callar, siempre ha llevado adelante sus opi­ n iones...; siempre han quedado corridos y convencidos sus conturba­ dores, porque han visto cuán en vano han sido sus armas contra lo acerado y sólido de su grande erudición... L o que me admira más en nuestro célebre P. Torrecilla es la abundancia grande, la variedad her­ mosa de noticias, que esparce, especialmente cuando le impugnan; por una objeción que le ponen, nos da muchas y muy fundadas doctri­ nas con que satisface a los contrarios y nos enseña y deleita a sus afectos» ( 72 ). Mas no se crea por eso que todo haya sido gratulaciones y ala­ banzas: el P. Torrecilla tuvo también sus impugnadores, como era natural. Ya hemos hablado del folleto sacado por el P. Francisco Ca- vanzo en contra de su libro sobre la Orden Tercera. Contra él y con­ tra algunas doctrinas de su libro Consultas morales publicó Andrés Pitillas y Ruesga un Tratado de medias «innatas, de los Beneficios, Préstamos y Capellanías, etc., Alcalá, 1698 . Además: ya anteriormen­ te habían sido delatadas esas proposiciones sobre las medias annatas a la Inquisición de Toledo en 1697 ; pero la Junta de Calificadores, entre los que se contaba el P. Antonio de L a Puebla, contestó por dos veces, en octubre y noviembre de dicho año, que no había lugar a censura alguna ( 73 ). Asimismo contra su obra tantas veces citada, Apologcma, escribió el P. Juan del Olmo, Observante, Arbol Seráfico, que con luces de ( 71 ) Cfr. T orrecilla . Consultas , alegatos, etc., t. I, 2 .* ed.,Madrid, 1702 , pp. 249-50 ( 72 ) T orrecilla , Tomo sexto apologético... Parteprimera, Madrid, 1705 , cen­ sura del Dr. D. Manuel Ayala y Salcedo. ( 73 ) A. H. N.—Inquisición. Leg. 4482 , n.° 8 .

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