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404 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA bierto una conjuración de mesineses y franceses en Zaragoza (Sicilia) en contra de las armas españolas. Todo ello lo reconocen el Virrey de Sicilia, ei Juez de la Monarquía, el Cardenal Portocarrero ( 29 ), como asimismo lo reconoció también la Junta que se formó para juzgar su proceder y el de los PP. Martín de Torrecilla y Juan Francisco de Milán, diciendo ser «sujeto de calidad conocida, tener un hermano en Malta, en una de las primeras dignidades de la Religión y muy atendido de ella por sus prendas» ( 30 ). Sin embargo de esos buenos servicios, a! celebrarse el mencionado Capítulo general y asistir a él, fué luego acusado de haber ido en con­ tra de las disposiciones del embajador español en Roma, por no haber querido elegir en Definidor general al P. Francisco de Jerez, y de que se había unido con los franceses y que incluso éstos habían recibido órdenes de elegir al P. Fuentelapeña, si bien éste se retiró antes de las elecciones ( 3 1 ). Sea de ello lo que fuere, apenas puso el pie en España, de vuelta de dicho Capítulo, tuvo que salir desterrado a Portugal, donde ya estaban los PP. Torrecilla y Milán. Mas antes «dejó un memorial impreso en que refiere a V. M. sus operaciones y pide justicia en su trabajo» ( 3 2 ). El P. Fuentelapeña se hallaba ya en Yelves de Portugal el 7 de noviembre de 1678 ( 33 ), donde seguía aún en los primeros meses del año siguiente en que el P. Provincial de Castilla, Félix de Bustillo, intercede por éí, diciendo tiene ya sesenta años, que padecía de gota, que vivía de limosna en un hospital y que no había motivo para tenerle desterrado, añadiendo era sobrino de D. Fernando Villalobos, «Embajador de Malta y deudo de otros muchos que actualmente se hallan en el Real Servicio de V. M.» ( 34 ). Sin embargo de todo, allí siguió hasta que el Consejo de Estado le permite (25 de febrero de 16 8 1 ) regresar a España ( 35 ). Desde entonces pasa su vida llena de achaques, tanto que en 1690 , al celebrarse Capítulo provincial y salir elegido Provincial por segun­ da vez. renuncia precisamente por eso, quedando de primer Defini­ dor ( 36 ). Retirado de cargos, dedicado a escribir libros, entregado a la vida de oración y de piedad, al confesonario y a la dirección de ( 29 ) Cfr. para todo esto la abundante documentación existente en el Archivo de Simancas, Estado, Leg. 3 . 129 , pues todo el mencionado legajo y el 3.128 versan sobre asuntos de Capuchinos de diversos años. ( 30 ) Ibíd ( 31 ) Ibíd. ( 32 ) Así lo afirma el P. Fuentelapeña en otro memorial presentado en 1681 . Ibíd. ( 33 ) Carta suva de esa fecha y lugar. Ibíd. (34) Ibíd. ( 35 ) Simancas.—Estado. Leg. 3 . 064 . ( 36 ) ED, p. 10 1 .

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