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38 o LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA El cronista castellano teje de él este cumplido elogio: «Era muy puntual y exacto en la observancia regular y procuraba que los demás lo fuesen, siendo él el primero en ejecutar lo que mandaba a los otros; fué muy piadoso y tan inclinado a hacer bien y consolar, que pare cía no vivir de otra cosa; tuvo muy buenas prendas de predicador, con lenguaje muy propio y castizo, sin demasiado adorno ni vana retórica, y por su buen espíritu y doctrina mereció que la Majestad del Rey nuestro señor, D. Felipe IV, le hiciese su Predicador, y lo fué muchos años con no menos séquito que los aventajados de su tiempo» ( 4 1 ). Efectivamente: fué distinguido con el honroso título de Predica dor de S. M., y además con todos los gajes correspondientes, el 15 de enero de 1634 ( 42 ), título que luego le confirmó Urbano VIII con un Breve especial ( 43 ). En este mismo año comenzó a ejercer también el cargo de Consultor y Calificador de la Suprema Inquisición, aunque las informaciones no se hicieron hasta el siguiente año ( 44 ). Su actividad con respecto a la Provincia queda ya expuesta en la primera parte, al hacer historia de los sucesos que en ella tuvieron lu gar en esos años. Fué, como ya indicamos también, uno de los que de fendieron con más ahinco en el Capítulo general de 16 3 7 , al asistir a éi en calidad de Custodio, la igualdad de votos de todas las Provincias de la Orden, y quien, en parte por ese motivo y también por el asun to de las Constituciones, hizo que los Capuchinos españoles no asistie sen al siguiente Capítulo general de 164 3 . Sin embargo, recibió luego el encargo del P. General, Inocencio de Caltagirone, de traducir del latín al castellano las Constituciones antiguas con algunos nuevos es tatutos, como así lo hizo, imprimiéndose en Madrid en 1644 ( 45 ). Como ya dijimos, fué nombrado Confesor de*la Infanta el 26 de octubre de 1649 . Desde entonces comienza a ser el hombre de con fianza del Rey y sus ministros: se le consulta cuanto dice relación con asuntos de la Orden. Así, cuando el P. General concede en 1650 a los PP. Arsenio de Vinaroz y Buenaventura de San Mateo licencia para ser confesores de las damas y criadas de la Reina y para residir o ir donde mejor conviniere, el Consejo de Estado le consulta para saber su parecer y si encuentra en ello algún reparo ( 46 ). Cuando el P. Lo- (41) M onzón , ms. c., p. 436. ( 42 ) Archivo cíel Palacio N. de Madrid.—Personal.—Cargos.—V- 5 . ( 43 ) Breve Religionis zelus (24 de mayo de 1633 ), Bullarium, V, p . 370 . Creemos lleva la fecha equivocada de 1633 en vez de . 1634 . ( 44 ) A. H. N.—Inquisición. Leg. 1188 , n.° 4 . ( 45 ) Carta del P. Valencia al Provincial de Cataluña, comunicándole ese encargo del P. General (Madrid, 28 de noviembre de 1643 ) (Archivo de la Corona de Ara gón. Fondos Monacales. Legs. 61 , f. 35 , y 62 , f. 92 ). ( 46 ) Simancas —Estado. Leg. 3020 , Consejo de Estado del 3 de marzo de 1650 . Aquí se encuentra también la autorización del P. General, concedida a petición del rey (Génova, 17 de noviembre de 1649 ).
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