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CONFESORES DE REYES 377 inania de más aprobación» (Duque de Feria) que el P. Quiroga, a quien los restantes consejeros prodigaron también sendas alabanzas ( 25 ). De hecho el 15 de agosto de 16 2 8 'el P. Quiroga era nombrado por el rey confesor de la Infanta y reina de Hungría, con todos los emolu­ mentos ( 26 ). Días después el embajador de Alemania, conde de Fran- kenburg, escribía una carta al conde-duque de Olivares (24 de agosto), en la que le decía que una tal resolución «era tan celebrada en la corte, que no' he visto elección tan generalmente bien aprobada» ( 2 7 ). Siguieron los preparativos, y el 26 de diciembre partía la Infanta con todo su séquito de Madrid en dirección a Barcelona; cón ella iba también su confesor, el P. Quiroga, y el Capellán mayor y limosnero, el futuro V. e limo. D. Juan de Palafox, quie hace en su Diario de aquella jornada hasta Viena, este hermosísimo elogio del P. Quiroga: «Hombre de virtud y prudencia conocida y espiritual sin encogimien­ to, cuerdo y mortificado, y que en medio de palacio y en las materias más seculares se quedaba Capuchino» ( 28 ). Sigue su viaje, predicando muchas veces delante de la Infanta, ha­ ciendo de intérprete en las visitas de cortesía de distintos príncipes de Italia y Alemania ( 29 ), y en los primeros días de enero de 16 3 1 en­ tran en Viena. Pero al llegar, ya se había reanudado la guerra llamada de los Treinta Años. Difícil, por no decir imposible, nos sería ahora resumir la actuación del P. Quiroga en esas circunstancias al lado de la reina de Hungría, como confesor y como consejero, y, sobre todo, como hábil diplomáti­ co, tratando de atraerse la amistad de los príncipes y generales alema­ nes, su acercamiento a la casa de Austria, su unión para formar la Liga Católica, que favoreciese los intereses católicos en Alemania y en Ho­ landa, etc., etc. Algo hemos dicho ya anteriormente sobre eso mismo. Fueron frecuentes sus cartas a Felipe IV, a la Infanta Isabel, al Conde- Duque de Olivares, así como las de éstos al P. Quiroga, y mucho le valió también su íntima amistad con Wallenstein. Para el Conde-Du­ que y para el Consejo de Estado su parecer y los informes enviados tu­ fes) Así se expresaron, poco más o menos, los componentes de la Junta que tuvo lugar el 21 de julio de 1628 (Simancas.—Estado.—Francia. K - 1442 , documentos 83 y 86 ). Cfr. mi artículo citado en Estudios Franciscanos, pp. 81 - 83 , donde se copian casi íntegros los distintos pareceres. ( 26 ) Archivo del Palacio N. de Madrid.—Personal.—Cargos. Q -3 y B- 47 . ( 27 ) Simancas.—Estado.—Francia.—K - 1442 , documento 91 . ( 28 ) Esta obra de Palaíox titulada «Diario de la jornada que hizo la Serenísima Señora Reina de Hungría... con la relación de la familia, carruajes y plata que llevó el Duque de Alba, a cuyo cargo fué la jornada y entrega», inédita hasta hace unos años y una de cuyas copias se conserva en la B. N. Ms. 8176 , fué publicada con el siguiente título: Diario del viaje a Alemania. Obra inédita del V. D. Juan de Palafox y Mendoza. Lo prologa y anota Xristina de Arteaga, Madrid, 1935 , pp. 27 - 28 . Citamos esta edición. ( 29 ) Ibid., pp. 70 , 73 y 94 -

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