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364 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA antes religioso de otra Orden, mandó que inmediatamente se le des­ pidiese. No valieron súplicas ni recomendaciones, en que se ponían de manifiesto las excelentes cualidades del novicio; San Lorenzo se mostró inexorable. Esa su firmeza y energía de carácter le habían lle­ vado también, haciendo la visita en la Provincia de Cataluña, a privar de voz y voto en los Capítulos a varios Padres, entre ellos, al P. Mi­ guel de Valladolid ( 16 ). Hubo que recurrir al Beato Ribera, quien, ni corto ni perezoso, mandó luego preparar su carroza, y, acompañado de otros dos Obispos, de su Vicario y del duque de Gandía, se dirigió al convento de Ca­ puchinos de Valencia, pidiendo una entrevista con el P. General. Sólo después de muchas razones se avino San Lorenzo, y, sin pérdida de tiempo, allí mismo, en presencia dei Patriarca, le dió la profesión ( 1 7 ). Formando parte de aquella Provincia siguió hasta 1609 . Sin em­ bargo, ya en 1606 fué llamado a predicar a Jaén, donde obtuvo tan resonante éxito, que el Ayuntamiento acordó pedir la fundación de un convento, aunque de momento no se logró ( 18 ). A Madrid pasó en 1609 para tomar parte en la fundación de aquel primer convento. Al llevarse a cabo la toma de posesión en el Hospi­ tal de los italianos, el 1 2 de noviembre, fué encargado de predicar el sermón de circunstancias ante los reyes, príncipes, grandes y Nun­ cio de S. S. Al mandato del P. Policio de que no tardase más de media hora, fué tan obediente y «tan puntual, que, haciéndole señal de ella, se dejó con la última palabra, que le cogió, sin más remate de sermón, diciendo: «la obediencia me ha mandado no predique más ni pase adelante» ( 19 ). Desde entonces quedó agregado a la naciente Provincia de Casti­ lla y entró a formar parte de aquella primera comunidad de Capuchi­ nos de la corte. Todavía volvió a Valencia pero no para incorporarse a aquella Provincia, sino para sufrir el destierro que le intimó el conde de los Arcos, Mayordomo de la reina, por su libertad en reprender los vicios, y, más que todo, porque, predicando en cierta ocasión a las Capuchinas de Pinto, sus palabras fueron mal interpretadas ( 20 ). Nuevamente se encontraba en Castilla en 16 14 , cuya cuaresma pre­ dicó en Alcalá de Henares ( 2 1 ), siendo luego enviado a Granada, como (1 6 ) Libro de los Actos Capitulares de Cataluña, m s. C., f. 14V. ( 17 ) A lic a n t e , ms. c., p. 440 . ( 18 ) Cfr. V a le n c in a , o. c ., I, p. 201 . Según el P. Alicante, ms. c., pp. 441 - 2 , estuvo también, en la corte el citado año 1606 , llamado por el P. Miguel de Valla­ dolid, para que le ayudase a hacer las gestiones de la fundación, pero no nos pa­ rece probable. (19) A lic a n t e , ibid. ( 20 ) 'Cfr. M o n z ó n , ms. c., pp. 300 - 301 , dcndi refiere lo sucedido. ( 21 ) Así lo dice su biógrafo el P. Buenaventura de Valencia, citado por el P. V a le n c in a , o. c., I, p. 56 .

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