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APOSTOLADO DE LA PREDICACIÓN 333 y la Cuaresma a cualquier otra, aparte de las misiones. Prácticamente el Adviento, al igual que la Cuaresma, venía a ser una continuada mi­ sión, pues había pueblos en que se predicaba dos, tres y hasta cuatro veces semanales (25). Y prueba de que era preferida esa predicación, la tenemos en que, al llegar, por ejemplo, la Cuaresma, se pedía licencia de predicar aun para aquellos sacerdotes que no habían termiiiado los estudios. Como sucedió en 1668, en que fué tal el número de solicitu­ des, que «se obtuvo del Nuncio el que los Padres estudiantes de los cursos que aun no habían cumplido siete años de profesión, pudiesen salir a predicar la Cuaresma» (26). Sin embargo, volvemos a repetir, encontramos sermones y modelos de todas las clases de predicación, como oanegíricos, en los Padres Diego y Alejandre de Toledo, éste segundo Predicador de S. M. (27); ser­ mones fúnebres, como los de los Padres José y Eernardino de Madrid y Pedro de Reinosa (28); septenarios, como los del P. Tosé de Sevi­ lla (29); sermones morales, como los del P. Gaspar de Viana, los del P. Sevilla, etc. (30). Por otra parte, su modo de predicar debía ser, como aconsejaba el P. Isidro de León, «a Cristo crucificado y no se andar con florecillas de entendimiento alguno, sino con voz de virtud de corazón inflama­ do, atendiendo a la gloria de Dios y reformación de las costumbres (25) Había pueblos en que se predicaba solamente los dom ingos; en otros, los sábados y dom ingos; y, según confesión del P. G aspar de V iana, era frecuente hacerlo tres veces oor semana. (26) V A , í. 7v. (27) C fr. T^aurea Complutense, adornada y texida de hermosas hojas de flo­ rida elocuencia de ilustres ramos de sagrada erudición. Sermones varios a singu­ lares asuntes, escritos por insignes maestros de la Oratoria christiana, Alcalá, 1666. E l P. Diego de Toledo tiene allí un sermón sobre Santo Tom ás de Aquino (pp. 86- 102) y el P. Alejandro otro sobre la Asunción de la V irgen (pp. 275-293). (28) L o s de los PP. José y Bernardino de M adrid, ya los hemos citado arriba en ¡iota (p. 268). E l del P. Reinosa lleva este título: Reales enternecidos ecos, ayes, y ruspiros de la Augustissima, y Soberana V iuda Reyna de las Españas, la señora D .1* M ariana de N eoburg (que Dios guarde) recopilados E n este Sacro, Real, Panegírico Epicedio, que E n las Solemnissimas Exequias que celebró su Magestad á su D ifunto Esposo el R ey N . S. D on Carlos I I (que está en Gloria) con asistencia de la Imperial Ciudad de Toledo, el dia 4. de Noviembre deste año de 17 0 1. en e! Real Convento de PP. Capuchinos de la misma C iu dad : D ixo E ! R . P. F r. Pedro de Reynosa, Religioso Capuchino... Toledo, 17 0 1. (29) Septenario sagrado, y moral, compuesto de siete Oraciones sobre siete versos del Psaimo Miserere, Predicadas por el Padre F r. Joseph de Sevilla... En M adrid, 16 8 1. (30) L i obra del P. V iana se titula El Sol de nuestra España, y lu¿ grande de la Iglesia, el Abúlense, en discursos morales, políticos y espirituales... Dos tomos, M adn d, 1670. E l P. José de Sevilla imprim ió también dos tomos de panegíricos, titulados Ramillete sagrado... Oraciones evangélicas de Cristo María y Santos m M adrid, 1680 y 1687, y otros dos de panegíricos y morales que se titulan Sermcmes varios de Cristo, Alaria, Santos y Ferias, primera y segunda parte, M adrid, 1694 y 1697.

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