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ESPIRITU ALIDAD EN LA PROVINCIA 321 Floración también de esa espiritualidad fueron las prácticas piado­ sas que más ejercitaron los Capuchinos castellanos ya desde entonces. Entre ellas ocupa lugar preeminente el Viacrucis. Ya hemos dicho cómc en la misma huerta se procuraba levantar las cruces con el fin de que los religiosos pudiesen alimentar su devoción aun en los paseos y ratos de expansión y descanso. Asimismo había en la huerta ermi­ tas con ese mismo fin, las que en su mayor parte eran dedicadas a la Sma. Virgen, hacia la cual sintieron nuestros antepasados singular ca­ riño y devoción. En su honor y por costumbre particular de la Pro­ vincia se rezaban diariamente las Letanías en el coro; los sábados comulgaban también en su honor Coristas y Hermanos (14). En el convento de El Pardo se cantaba todos los sábados la Salve con gran solemnidad ante la imagen de Nuestra Señora de la Paz, que estaba en la huerta, acudiendo la comunidad y gran número de fieles; lo pro­ pio se hacía en Jadraque, desde 1693, ante Ia imagen de Nuestra Se­ ñora de Castejón (15). (Finalmente: no podemos pasar en olvido que fué Castilla la que solicitó, la primera entre las Provincias de España, que el Papa se dignase definir: Sacratissimam Virginem Mariam ex singulari D ei privilegio absque macuía peccaü originalis fuisse con- ceptam » (16). Plácenos consignar aquí un hecho que confirma esa devoción a 1 ? Sma Virgen, y es que la mayoría de las obras impresas en aquel entonces, van dedicadas a María con palabras que hablan muy alto del afecto que sentían por ella, proclamándose los autores, con voces tiernas y amorosos requiebros, sus indignos esclavos. Y no podríamos pasar en silencio que fué uno de los Capuchinos castellanos, el Padre Agustín de Zamora, el precursor del Beato Grignion de Monfort en poner de relieve la importancia de la verdadera devoción a la Santísi­ ma Virgen y de la esclavitud mariana, como lo fué asimismo de la de­ voción al Sagrado Corazón de Jesús (17). 4.. Y terminamos este capítulo señalando los escritores y maestros de la vida espiritual, que en este siglo XVII tuvo la Provincia de Cas- chinns, a favor de la fundación en Burgos (M adrid, 14 de abril de 1660) (A PC , 3 5 / 0 0 0 4 5 ) - (14 ) A n g u ia n o , o c., p. 24.— T o r r e c il l a , Consultas, alegatos, etc., t. I I , 2.a ed., M adrid, 1702, p. 461. (15 ) Viridario auténtico, ms. c., p. 37. (16) Está fechada esta súplica: «Datum in nostro regali Pardi Coenobio die 25 julii 16 17 » . F u é publicada en Analecta, V I I (18 9 1), pp. 87-88. Hemos visto una copia en el A rchivo de la Corona de Aragón. Fondos Monacales. L eg. 59, t. 4.0, f. 22. «Libre, de cartas de todas las suertes. Cartas m isivas», n.° 9 bis, «Asunto del Provincial de Castilla», donde también se conserva una carta del P. Provincial de Cataluña en el mismo sentido. (17 ) C fr. V ic e n t e d e P e r a l t a , O . F . M . Cap., El P. Agustín de Zamora, en Estudios Franciscanos, X X (19 18 ), pp. 352 ss.

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