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VIDA COMÚN Y OBSERVANCIA REGULAR 311 incluso carne por los pueblos circunvecinos. Diariamente se pedía de limosna el pan que consumían los religiosos, y en esa labor se emplea­ ban no solamente los Hermanos, sino también los Padres y en ocasiones los mismos Coristas (7). 2. Sólo así veían salvaguardada convenientemente 'la santa pobre­ za, la que resplandecía a la verdad en todo, dejando huellas bien seña­ ladas e indelebles, lo mismo en los conventos que en las iglesias, en el ajuar y aun en el propio religioso. No hay par? qué repetir lo que anteriormente hemos dicho sobre la sencillez y pobreza con que fueron levantados los conventos e iglesias. Lo mismo en sus fachadas que en sus líneas interiores, y tanto en la distribución de las oficinas y celdas como en sus dimensiones, se había rechazado de plano todo sabor de suntuosidad, cuánto más de lujo. Ni aun éste se permitía en los altares, y, lo que es más de admirar, ni siquiera en el Sagrario (8). Pobre era también el ajuar de los religiosos. Las celdas eran tan reducidas' que no cabían en ellas sino una sencilla mesa de escritorio con algunos libros y la cama. Esta era tan pobre que aquellos religiosos no conocieron ni el colchón ni el jergón ni siquiera una estera, sino las desnudas tablas, y solamente con permiso y necesidad se permitía tener manta debajo y también almohada de lana (9), debiéndose con­ tentar con ima de paja, cubierta «con un pedacillo de sayal», y con una manta o frazada, la que «cogiendo media vara poco más o menos de­ bajo de los pies, se tapará con lo restante» (10). Los religiosos no tenían sino un solo hábito, siempre remendado, «en señal de pobreza y humildad» (11); era de burdo sayal, fabricado por los mismos religiosos (12). El manto era sencillo, pero sin forros y sin bolsos (13), y no estaba permitido llevarlo a los que no habían cumplido cuatro años de hábito (14). Las cuerdas eran al principio de cerdas blancas; luego, el día de S. Francisco de 1692, se sustituyeron por otras de cáñamo, aunque más tarde, en 1704, volvieron a usarse las de cerda blanca (15). Pobre era también la comida, a base casi siempre de legumbres (7) A n g u ia n o , Disciplina religiosa, o. c., pp . 222 y 226. (8) C fr el Decreto de los Superiores para que se reformase el Sagrario de Toledo C16 de mayo de 1634) (A PC , 25/00095). (9) E D , p. 72. (10) A n g u ia n o , o . c., pp . 13 y 14. ( n ) E D , p. 34. (12 ) L a fábrica de sayal estuvo en el convento antiguo de Toledo hasta que lo dejaron los religiosos en 16 6 2 ; después pasó al de Jadraque,donde siguió hasta 170 6 en q u t se puso en el de L a Paciencia. (.13) V A , p. 49. (14) A n g u ia n o , o . c., p. 179. (15 ) V A , pp. 35, 69, 78.

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