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3 0 4 LA PROVINCIA DE F F. MM . CAPUCHINOS DE CASTILLA del siglo XVII, se dió preferencia en Casulla a la Dogmática. Más tar de. y cuando comenzó a ejercerse con intensidad el apostolado del confesonario, también la moral ocupó lugar preferente, según lo había determinado el Capítulo General de 1633 (23). En Castilla hubo Lec tores de Moral, señalados expresamente en'las Tablas capitulares, des de 1648 a 1653 (24), y decimos expresamente señalados porque, siendo de absoluta necesidad el estudio de la moral desde el momento en que se dedicaban a oír confesiones, se ha de suponer que después de esos años no lo consignara el cronista por creerlo innecesario. Y aunque en 1698. al celebrarse el Capítulo Provincial, se puso en Valladolid «un curso de morai. por la grande necesidad que se experimentaba teman muchos religiosos que no eran Predicadores» (25), no quiere decir eso tampoco que antes no lo hubiese habido, según anteriormente hemos hecho notar. 4. Réstanos, para terminar este capítulo, hablar de las escuelas se guidas y de los textos y autores. Y, a este respecto, tenemos que decir en primer término que por lo que se refiere a la escuela seguida por los Capuchinos de Castilla, lo mismo en Filosofía que en Teología, no poseemos noticias concretas. Ya indicamos al hablar de la organización de los estudios en 1612 o poco después, que el primer Lector, P. Agus tín de Granada, había sido discípulo del P. Victorio de Palermo, Ca puchino italiano, muy docto en la doctrina de Escoto, pero no sabemos si el P. Granada siguió y enseñó precisamente las opiniones del Doctor Sutil (26). Es un hecho también que en los siglos XVI y XVII no se impuso por la Orden obligación alguna a los Lectores de seguir determinadas opiniones de escuela o concretas tendencias doctrinales, porque, si bien es cierto que los Capuchins siguieron en su mayoría la doctrina de San Buenaventura, no tenían sobre ello rigurosa prescripción (27). Sa bemos también que la Provincia de Cataluña, al tratar esa cuestión, en ur. Capítulo Provincial, fué de sentir unánime que los Lectores de Filo sofía y Teología enseñasen la doctrina del Seráfico Doctor, pidiéndoselo así al P. General, Bernardo de Porto Maurizio, quien alabó y aprobó tal modo de sentir (12 de enero de 1682 (28). Mas, por lo que atañe a Castilla, no podemos afirmar otro tanto por falta de datos, particularmente en la primera mitad del siglo XVII. Luego, sin embargo, tocante a la Filosofía, el P. Torrecilla, autor de un importante curso filosófico, debió marcar con su obra la enseñanza (23) AnalectaO. F. M. Cap., VT (1890), p. 139. (24) E D , pp. 39 ss. (25) V A , ms. c., p. 57. (26) G fr. supra, pp. 1 1 0 - 1 1 2 . (27) C fr. F e í.d e r d e L u c e r n e , art. c., p. 34. (28) Archivo de la Corona de Aragón.— Fondos Monacales.— L eg. 62, f. 8.
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