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8 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA C om o esa carta está escrita en 1 5 76 , n o cabe la m enor duda de que ei año anterior ya habían venido a España dos Capuchinos por lo menos y con intento de fundar; y aun no faltan cronistas que afirmen que incluso llegaron a pisar tierras castellanas: «Esta fundación, pues, de Castilla— escribe uno de ellos— estuvo siempre muy caída en los ánimos de los que la podían intentar, por haber sido echados los frailes de un conventico desierto que habían tomado en ei lugar del V iso en una ermita de San Andrés, habiéndolos traído de Nápoles el Marqués de Santa Cruz el año de 1 5 7 5 » ( 19 ). T am p o co esta vez tuvo efecto la fundación de los Capuchinos eri España, deb ido principalmente a la oposición de Felipe I I ; esa misma oposición hará también que años más tarde sean echados de los reinos de Castilla. Y es que justamente llegaban a España en un momento muy p o c o p rop icio, en que Felipe II poma todos sus conatos en llevar a cabo la reforma de las Ordenes religiosas y no estaba por eso mismo dispuesto a admitir otras nuevas. C om o de él se ha escrito «más que por la creación de nuevas Ordenes, estaba por su reducción a las antiguas, y solía decir que, según iban multiplicándose, era d e temer que abundaran más en el mundo les institutos que la piedad religio­ sa» ( 2 0 ). Sin embargo, también la realidad logrará imponerse, y la vida sencilla y ejemplar, al par que austera, desprendida de las cosas y penitente de los Capuchinos, influirá muy poderosamente en su venida a España y en su propagación por el suelo patrio, com o igualmente había sucedido en Italia. 5 . E fectivam ente: la fama de esos ejemplos de austeridad y pe­ nitencia llegó también a España y, al igual que a otros corazones, m ovió asimismo el de un tal M osén Querol, farmacéutico de Barcelona, quien n o contento con sus gestiones personales para hacer venir a los Ca­ puchinos a la Ciudad Condal, se valió a su vez de los que formaban el Consejo de la ciudad. He aquí cóm o nos lo refiere el P. M igu el de Vailadolid, el más antiguo cronista e historiador de la Orden Capuchina en España: «U n distinguido farmacéutico de Barcelona, que se llama M osén Querol, m ovido de la noticia que le dieron algunas personas que habían estado en Italia, de la vida ejemplar de nuestros frailes, solicitó a los del en España y fundación de sus conventos en Cataluña, en Estudios Franciscanos, I I (1908), pp. 91-92. (19) F é lix d e G ra n a d a , o. c ., p. 8. L o m ism odiceel P . Juan d e M o n ­ z ó n , O . F . M . C ap ., Erario Divino, M s. c., f. 4V. Creemos, sin embargo, que estos dos cronistas juntandos sucesos distintos: la venida primera de los Capuchinos a España, en 157 5 , y la expulsión de la ermita de San Andrés de E l Viso, que tuvo lugar hacia fines de 1579. (20) M o d e s t o L a fu e n t e , Historia General de España, Barcelona, 1888, t. X I , P- 3 -

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