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ADM ISIÓN Y FORMACIÓN 297 cargo de un Hermano Lego andguo, que gozaba para con ellos de cierra autoridad; de su incumbencia era enseñarles los oficios manua­ les, pero podía también hacerles las convenientes correcciones e in­ cluso imponerles algunas penitencias, aunque no mandarles disciplinas, privarles de algo de comer, etc. (n ) . Por demás está el decir que a todo eso se añadían fuertes mortifi­ caciones y penitencias para probar la vocación de los que aspiraban a profesar vida tan austera y penitente. El noviciado terna su propio reglamento, por el que se regía, y, siendo como fueron varios, dos al menos, cada uno tenía el suyo pro­ pio, por cierto manuscrito, que se iba conservando como oro en paño de una a otra generación, y en él se habían recogido las piadosas cos­ tumbres y tradiciones de la Provincia (12). Mas para que todo eso no se perdiese con el correr de los tiempos y a su vez> fuese más uni­ forme la disciplina, se hizo en 1678 una obra de conjunto e impresa «conformando uniformemente los cuadernos manuscritos de los novi­ ciados de Salamanca y Alcalá, ajustándola cuanto posible a la práctica antigua de nuestra Provincia, sin faltar a las rúbricas del Misal, Ritual y Breviario Romano y a lo determinado en nuestras Sagradas Constitu­ ciones» (13). Todo lo llevó a cabo el P. Mateo de Anguiano con la finalidad de que los nuevos supiesen concretamente a qué atenerse en los distintos actos de la vida coventual. Teman también los novicios otros libros de formación espiritual, en cuya lectura empleaban los ocios que le dejaban libres sus ocupa­ ciones. Sin duda que aun en eso debieron seguir la norma trazada por las Constituciones, de que, en igualdad de circustancias, fuesen prefe­ ridos los autores de la Orden y de la Provincia, que más brillaron en ascética y mística, sobre todo el P. Isidro de León, cuya obra en tres tomos «Místico cielo», leyeron con utilidad y no poco aprovechamien­ to cuantos Capuchinos castellanos escribieron después de su publicación (1685-16K7') sobre las vías del espíritu. 5. Como ya hemos hecho notar, fueron varios losconventos des­ tinados para noviciado antes de la división de la Provincia: San An­ tonio., Toledo, El Pardo, Toro, Alcalá y Salamanca (14). Desde 1625 continúan siéndolo Salamanca y juntamente Toledo los años 1634 a 1638; La Paciencia, desde 1640 hasta 1663, y a partir de esa fecha quedan definitivamente por noviciados Salamanca y Alcalá (15). ( n ) I ’oíd., pp 257-8. (12 ) Ibid., prólogo a! religioso lector, f. 9r. (13 ) Decreto de los Superiores de la Provincia (M adrid, 10 deseptiembre de 1677), aprobando la obra del P. Anguiano.— Ibíd., prólogo, f. n r . (14) C ir. supra, p. 109. ( 15 ) E D , pp. 20-21, 25-58.

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