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RÉGIMEN Y ORGANIZACIÓN 2 9 3 esta nuestra Provincia de Castilla jamás han faltado dos o tres que estén escribiendo o imprimiendo» (28). Además: como dirá el P. Secretario Provincial, Jerónimo de Cu­ bas, «siempre ha sido práctica y costumbre» en la Provincia de Cas­ tilla el «que los religiosos del coro, Predicadores (excepto aquellos de conocida habilidad) y los que no son predicadores sino sólo sacerdotes simples, salgan por los lugares de esta Provincia y sus Guardianías a pedir las limosnas acostumbradas de trigo, etc., a excepción de las ciudades donde tenemos convento donde ya hay religiosos legos limos­ neros destinados per la Provincia para pedir lo que en dichas ciudades se acostumbra» (29). Por eso nada debe de extrañarnos leer en las biografías o reseñas necrológicas de Padres que vivieron en el si­ glo XVII y en el siguiente, el que hayan desempeñado el oficio de limos­ nero, el de portero, etc., pues a todos esos menesteres eran dedicados a veces por la obediencia. Por lo que a los Coristas se refiere, de ellos nos ocuparemos al hablar luego de los estudios. Y en cuanto a los Hermanos Legos, eran los encargados de modo particular de todas las oficinas y de pedir diariamente la limosna en los pueblos o ciudades donde se hallaban en­ clavados los conventos. Estaban también al frente de la oficina del sayal que se hacía en un convento determinado para toda la Provincia, teniendo a sus órdenes donados o también criados de fuera. Asimismo eran designados para el cargo de Fabriqueros; de los cuatro señalados en los Capítulos, dos al menos solían ser Hermanos Legos. Varios de ellos estaban especializados en arquitectura, albañilería o carpintería, como fue­ ron Fr. Diego de Madrid, Fr. Lucas de Guadalajara, Fr. León de Mon­ terrey y Fr. Miguel de Madrid, según hemos hecho notar anteriormente. Solía haber también en los conventos donados perpetuos que hacían los recados, recogían las limosnas por los pueblos, sobre todo las pecu­ niarias, etc. Pero hacían vida enteramente separada de la comunidad; es más: tenían su casita aparte, como aun hoy en día puede verse en el convento de Toro, y asimismo nos consta por el plano del convento de Tarancón (30). Llevaban vida muy piadosa y hasta hacían sus votos, excepto el de pobreza. Cuando en Castiila estuvo prohibida la recepción de donados, a causa de la penuria de Hermanos Legos, fueron admitidos criados que luego se generalizaron más aún que los donados, en el correr del siglo XVIII. (28) Id., Epitome historial de la' conquista espiritual del imperio abyssino en Etiopía la Alta .., M adrid, 1706, p. 177 . (29) A sí lo decía oficialmente el mencionado P. Secretario, contestando al Pa­ dre Provincial de Cataluña (xMadrid, 9 de julio de 1743) (Archivo de la Corona de Aragón. Fondos Monacales. L eg. 62, £. 3 : M iscelánea del A rchivo de Capuchinos, tomo 6.°). (30) Existe en el A P C , 24/00043.

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