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286 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA en el calentador riguroso silencio, como también debían cuantos asis­ tiesen hacer en común una oración por los bienhechores que daban leña para este alivio (17). 6. Mucho menos aún podía faltar en casa alguna la enfermería; debía ser la pieza mejor instalada y mejor orientada, y reunir mayo­ res comodidades las habitaciones destinadas a los enfermos que las de los otros religiosos. Estaba siempre separada del resto del convento y constaba ordinariamente de tres o cuatro celdas en las que el ajuar de camas, colchones, almohadas, etc., aunque pobre, se diferenciaba en un todo del de las demás. Allí se tenía capilla para que los enfermos pudiesen hacer su oración, y también altar donde poder decir Misa, la que se celebraba diariamente siempre que había algún enfermo. Así se atendía a cuidar las dolencias del cuerpo y se procuraba asimismo que e). espíritu no sufriese detrimento. (17) Anguiano, o . c ., pp. 185-6.

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