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G O B IE R N O Y VIDA D E LA PR O V IN C IA 265 gado a tiempo el permiso del P. General y echarse encima el invierno, se aplazó e! Capítulo para el siguiente año, celebrándose el 29 de abril <;con mucha paz y edificación de todos». El P. Provincial se encuentra ya enfermo y achacoso, tanto que ni siquiera puede presidir el Capítulo, y sin embargo es reelegido por todos los votos, prueba del aprecio en que era tenido; pero no acepta en manera alguna y sale elegido el P. Gregorio de Guadalupe, que también renuncia, aunque su demanda no fué atendida (29). Como al siguiente año debía celebrarse el Capítulo General, se eli­ gieron en dicha ocasión los Custodios; uno de eilos fué el P. Miguel de Lima, cuya fama de excelente predicador había traspuesto los lími­ tes de España. Por eso, al asistir en Roma a dicho Capítulo, el embajador del emperador le rogó tuviese a bien pasar a Viena, pues el emperador, enterado de las bellísimas cualidades oratorias que le adornaban, deseaba oír sus sermones. Efectivamente: en su presencia predicó hasta die­ ciocho y, tan prendados quedaron así el emperador como toda la Corte de sus extraordinarias dotes para la predicación, que todos le hicieron luego valiosos regalos con sendas dedicatorias en versos latinos (30). A la vuelta se detuvo también en Bruselas para predicar ante el Duque de Baviera, quien tuvo asimismo deseos de oírle, no pudiendo por eso el P. Lima asistir al Capítulo Provincial que tuvo lugar el 24 de oc­ tubre de 1698 (31). Mas antes de su celebración se efectuó el 15 del mismo mes la traslación del Santísimo a la iglesia de Tarancón, dedicada ai Eterno Padre, acto que revistió extraordinaria solemnidad, asistiendo los Su­ periores de la Provincia, el Sr. Obispo de Cuenca y varios canónigos, durando las fiestas tres días, en los que lucieron a competencia las ga­ las de la oratoria los tres Predicadores de S. M., PP. Bernardino y José de Madrid e Ildefonso de Alcaraz (32). En el mencionado Capítulo del 24 de octubre fué reelegido el P. Guadalupe y, al renunciar, recayó la elección en el P. Antonio de La Puebla. Era éste natural de La Puebla de Almenara; vistió el hábito en el noviciado de Alcalá en 1676 y se ordenó de sacerdote en 1683. Al siguiente año era ya nombrado Secretario Provincial, desempeñando már tarde los cargos de Lector, Guardián de Vailadoüd y de La Pa­ ciencia, Definidor varias veces, Vicario Provincial y Ministro Provin­ cial por dos veces, en 1698 y en 1705. Fué Calificador de la Inquisi­ ción de Toledo y Revisor de las librerías de la Corte (33). (29) VA, p. 55.— ED , p. 114. (30) VA, pp. 55-56.— ED , p. 116.— T o r r e c illa , Apologema, o. c., p. 188. (31) Ibíd. (32) VA , pp. 56-57.— ED , p. 116. (33) Necrologio, p. 89.

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