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254 LA PR O V IN C IA 1 ) 1 ' F F . M M . C A P U C H IN O S D E C A STILLA que el intenso movimiento misional que se nota ,en las Provincias es­ pañolas, a partir sobre todo de 1640, tuvo su origen-precisamente entre los religiosos de Castilla, y de modo particular, lo había iniciado ya el P. Gaspar de Soria con otros varios, los años 1632 y 1634 (20a). Además: fueron bastantes los castellanos que, sobre todo en el último tercio del siglo XVII, lograron agregarse a las misiones que las Provincias de Andalucía y Aragón tenían en Los Llanos de Ca­ racas y en Cumaná, como lo hace constar el mencionado P. Bustillo en contestación al Consejo de Indias (21), y asimismo lo testificaba años antes e! P. Torrecilla, al escribir que había de Castilla «otros muchos en las misiones de Cumaná y Caracas» (22). A decir verdad la mayor parte de esos misioneros nos son descono­ cidos. Queremos sin embargo hacer aquí mención de aquellos cuyos nombres nos constan con certeza. Así completaremos el cuadro de cuantos en esos años ejercieron un fructífero apostolado entre los in­ fieles de América. 4. Ya dijimos cómo los PP. Agustín de Villabáñez y José de Nájera al igual que el Hno. Fr. Cipriano de Madrid, al llegar a Ca­ racas a fines de 1661 o primeros meses de 1602, procedentes de la misión de Arda, en vez de regresar á España, se agregaron a la mi­ sión de Cumaná. Su apostolado allí, no obstante tratarse de indios caribes, fué ciertamente más afortunado que entre los negros africa­ nos. Lograron, efectivamente, fundar, a primeros de mayo de 1662, un poblado, compuesto de solos indios caribes, que llegó a tener hasta 600 almas y que llamaron Nuestra Señora del Pilar (23). Dos años más tarde, el 24 de abril de 1664, lograban echar los fundamentos de otro pueblo, formado exclusivamente de indios coacas, al que dieron el nombre de San Juan Bautista (24). Aparte de eso el P. Nájera, excelente filólogo y lingüista, a quien, como ya indicamos, debemos el más antiguo documento conocido de la lengua arda (25), compuso, no obstante gozar de muy precaria salud, un vocabulario de la lengua chaima o cora (26). Terminado su trabajo (20a) Cfr. M elchor de P obladura , O. F. M . Cap., Génesis del movimiento misional en las Provincias Capuchinas de España (1618-1650), en Estudios Francis­ canos■, 50 (1949), mayo-agesto. (21) Cfr. «Papel segundo del Consejo de Indias», al final de los Anales de los Frailes Menores Capuchinos de Castilla, por el P. F. DE GRANADA, ms. c., p. 129 (APC, 1/00014). (22) F. R attariazzi (pseud. de T orp . ecillai , Apologema, etc., Turin, 1673, p. 274. (23) B altasar de L odares , O. F. M . Cap., Los Franciscanos Capuchinos en Venezuela, II, 2.a ed., Caracas, 1930, pp. 42-43 y 113. (24) Ibid., pp. 43 y 114. (25) Cfr. supra, p. 220. (26) José de Nájera, Espejo místico, o. c., f. ior.

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