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NUEVA M IS IÓ N AL DAIRH N 2 5 3 P. Jerónimo de Peñacerrada, pidieron al Consejo permiso para regre sar al Darién, gracia que les concedió el 31 de agosto de 1684, como asimismo se la concedió el entonces Vicario Provincia! de Castilla, P. Antonio de Caller (16). Los otros misioneros prosiguieron entre tanto su predicación en las diócesis de Panamá y Cartagena, en espera de que los indios se pacificasen. Mas, viendo que pasaba el tiempo y que las cosas no lle vaban camino de arreglo, decidieron regresar a España, como así lo ejecutaron varios de ellos antes de 1687 (17), y los restantes, PP. Ber- nardino de Madrid, Jerónimo de Piedrahita, Agustín de Granada y el Hno. Fr. Gaspar de Salamanca, lo hicieron a su vez en julio de 1689 (18). Así terminó esta segunda tentativa de misión a los terribles y beli cosos indios del Darién, sin haber conseguido fruto práctico alguno. 3. No obstante el fracaso de dicha misión y, por desgracia, tam bién de las otras que en el siglo XVII fueron particularmente enco mendadas a la Provincia de Castilla, podemos asegurar que todo fué debido a causas enteramente ajenas y externas. No faltaron a la verdad en los Capuchinos castellanos ni entusiasmo por las misio nes ni deseo de ir a ellas. Prueba bien patente la tenemos, entre otras, en que, cuando en 1658 el P. Provincial, Francisco de Yecla, escribe a los conventos de la Provincia para pedir voluntarios que quisiesen ir a la misión de Arda, se ofrecieron nada menos que cmcúenta y tres (19). Asimismo, cuando el P. Félix de Bustillo escribe de nuevo a los religiosos de Castilla, en octubre de 1680, solicitando también voluntarios para la nueva misión del Darién, se contaron entre ellos «más de cuarenta religiosos de todos estados y los más fueron gente moza» (20). Consiguientemente, no puede en manera alguna culparse a la Pro vincia ni tampoco a sus Superiores del poco éxito alcanzado en ese apostolado entre infieles, ya que tuvo Castilla varias misiones que le fueron especialmente encomendadas, mejor aún, que los mismos Su periores solicitaron de Propaganda Fide, unas veces por propio impulso y otras a petición de los religiosos. Es más: nos atrevemos aun a decir (r6) Cfr. los citados permisos en Archivo de Indias. Santa Fe. Leg. 255. (17) Sabemos, por ejemplo, que el P. Jerónimo de Peñacerrada fué nombrado Vicario de Segovia en el Capítulo Provincial de abril de .1687 (Erario divino3 o. 97). (18) A nguiano -R ionegro , o . c., p. 91.—Carta del P. Francisco de Luque (Cá diz, 17 de julio de 1689) en que pide los ornamentos que habían llevado a la misión dei Darién los mencionados Padres, que estaban ya de vuelta (Archivo de Indias. Santa Fe. Leg. 255). (19) Solicitud del P. Francisco de Yecla a la Congregación de Propaganda Fide (24 de noviembre de 1658) (B. N.— Ms. 3.818, ff. 67 y 70). (20) Cfr. nota 7.
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