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LOS CAPUCHINOS Y SU ESTABLECIMIENTO EN ESPAÑA 3 mencionada duque.sa de Camerino, logró obtener de Clemente V II la Bula que empieza Religionis zelus, del 3 de julio de 1528 ( 3 ). Fué ese docum en to pontificio la consagración oficial de la naciente refor­ ma, la base y fundamento de lo que luego sería la O rden de Frailes M enores Capuchinos, que desde entonces quedaba práctica y canóni­ camente erigida. Por dicha Bula se les permitía llevar vida eremítica, observar la Regla de San Francirco con tod o rigor, vestir el hábito con el capucho cuadrado, tener barba y admitir nuevos aspirantes así clérigos com o seglares, etc. Mas por lo que respecta al régimen de la nueva con ­ gregación, nada se establecía concretamente. Por lo m ismo se pensó en celebrar una junta para elegir Superiores y al prop io tiempo esta­ blecer algunas normas de vida a que debían sujetarse los seguidores de la reforma. C on tal ob jeto se efectuó en abril de 1529 la primera reunión o capítulo en el pob re y estrecho convento de Albacina, en el que se celebraron las elecciones dichas y se dieron estatutos par­ ticulares que han llegado a hacerse famosos con la denom inación de Constituciones d e Albacina. N o cesaron por eso las contradicciones, venidas principalmente de parte de los Superiores de la Observancia. Se obtuvieron en contra varios Breves del Papa, se emplearon asimismo otros m ed io s; pero lo que no se logró fué la revocación de la mencionada Bula Religionis zelus, que siguió siendo siempre el apoyo decisivo de la nueva con ­ gregación. A su amparo fueron erigiéndose numerosos conventos en varias provincias de Italia, y aun en la misma Roma, y asimismo se fueron admitiendo más y más aspirantes, venidos en su mayor parte de la propia Observancia; hasta el punto de que, cuando en 1528 eran so­ lamente tres o pocos más, al año siguiente llegaban a 30 los religiosos, y varios años después, en 1 5 36 , se contaban ya unos doce conventos con cerca de 5 0 0 frailes ( 4 ). Pero además, la nueva reforma no sólo aumentaba numérica y te­ rritorialmente, sino que iba adquiriendo al p rop io tiempo interna es­ tabilidad, sobre tod o cuando en 1 5 36 se dió nueva forma a las prim i­ tivas Constituciones de Albacina, con lo que se log ró más vigorosa y estable manera de vivir y de regirse. Por otra parte, y a mayor abun- (3) Ibid., pp. 3-4. (4) Liber Memorialis Ord. Fratrum Min. S. Francisci Capuccinorum (1528- 1928), Romae, 1928, Brevis conspecttts evolulionis Ordinis FF. Min. Capuccinorum quaiuor saeculorum spatio, p. 332.— C fr. también P o b l a c u r a , Historia generalií, o. c., P. I, pp. 46-47. Prueba evidente de la vitalidad de la reform a es que quince años después, en 1550, contaba ya con quince provincias, un total de 105 conventos y 2.500 religiosos.

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