BCCCAP00000000000000000000155

V IC IS IT U D E S 1)E C A STILLA D E S D E 1 6 7 8 H A STA 1 6 9 3 233 nombró por Vicario Provincial al segundo Definidor, P. Gregorio de Guadalupe, por quien aquél sentía bastante predilección por hfber sido su discípulo. Al mismo tiempo le dió autoridad de convocar y celebrar Capítulo. Pero todo ello lo llevó muy a mal el P. Caller, y sin reparar en nada, puso pleito ante el Nuncio, pretendiendo tener derecho a ser Vicario Provincial por ser primer Definidor y otras razones. Hubo con ese motivo muchos alegatos en pro y en contra (12). «Y después de ha­ berse fatigado muchos días por una y otra parte, tuvo por bien el P. Fr. Antonio de Caller de apartarse de dicho pleito y consintió que el P. Fr. Gregorio de Guadalupe gobernase esta Provincia como Vi­ cario Provincial de ella» (13). Sin embargo, el cronista consigna con amargor : «Este año (1678) habiendo precedido en la Provincia bien extraordinarias inquietudes jamás vistas en ella, de suerte que apenas hubo tribunal en que no se anduviese», el P. Vicario Provincial Gre­ gorio de Guadalupe convocó el Capítulo que se celebró el 17 de di­ ciembre. Y para que nadie pudiese ver en él el menor asomo de am­ bición o de amor a las prelacias, renunció «la, voz pasiva a toda elec­ ción contra las instancias con que los Capitulares le persuadieron no lo hiciese» (14). En él fué elegido Ministro Provincial el P. Félix de Bustillo, quien, aunque estuvo en el úitimo Capítulo General en calidad de Custodio, no mereció el destierro por su comportamiento, al acatar las insinua­ ciones del embajador español. 3. El P. Bustillo había nacido en 1639. Fué Lector de Artes y Teología, Definidor Provincial durante cuatro trienios, Guardián de San Antonio por dos veces y una de La Paciencia. Fué asimismo Vi­ sitador general de la Custodia de Navarra, Predicador de S. M. y Ca­ lificador de la Suprema Inquisición (15). En dicho Capítulo los asistentes presentaron un memorial al rey en nombre de la Provincia, pidiendo encarecidamente se les levantase el destierro a los PP. Torrecilla, Milán y Fuentelapeña (16), gracia que no consiguieron, como ya hemos indicado. También se hicieron (12) Cfr. T orrecilla . Consultas, alegatos, etc., t. II, 2.« ed., Madrid, 1702, pp. 416-426, donde reproduce el alegato presentado al Nuncio por el entonces Pro­ curador de la Provincia, P. Mateo de Anguiano, donde se refiere lo sucedido con muchos pormenores. (13) ED , p. 82. (t4) Ibíd., p. 83. (15) Necrologio, o. c., p. 285.— VA , p. 45. N o sabemos a punto fijo cuándo baya sido designado Predicador de S. M . ni Calificador de la Suprema Inquisición; lo era ya en 1689. Debió morir hacia fines de noviembre o principios de diciembre de 1694: el 22 de este mes la Definición presentó al P. Miguel de Pinto para que «sucediese al M . R. P. Fr. Félix de Bustillo en la predicación de Su Majestad» ( Viridario, p. 45). (16) Cfr. dicho memorial (Simancas.— Estado. Leg. 3129).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz