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20 S LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA que desde entonces sirvió de norma segura para la educación de los religiosos de Castilla y para uniformar en todos los conventos la obser­ vancia regular y las ceremonias de los actos de comunidad. 8. Finalmente, durante su provincialato vino el P. General, Este­ ban de Cesena, a visitar Castilla, como asimismo las otras Provincias españolas. El P. Cesena, persona poco grata a Carlos II, o más bien a sus ministros, acusado por otra parte, aunque falsamente, ante el Con­ sejo de Estado por el Cardenal Nitardo y otros, pide venir a Madrid a sincerarse. Y en efecto, llega a la Corte el 17 de diembre de 1676. Pretendió luego que el Rey le recibiese y le concediese la cobertura de Grande de España; pero se levantó entonces una gran oposición, incluso de parte de los Observantes. Fué necesaria toda la influencia de los Superiores de Castilla, que al fin vencieron en la contienda y logra­ ron se le hiciese esa gracia, aunque no antes del 16 de febrero de 1677 (52). Creemos que el P. Cesena aprovecharía ese tiempo de espera para hacer la visita a los conventos de Castilla, cuyo Capítulo presidió el 22 de marzo, siendo reelegido el propio P. Torrecilla. Pero entonces, \ por orden del P. General, fué quitada la Lecturía de Valladolid al P. José de Casarrubios, «a fin de que se dedicase a la predicación y otras causas que a su Rvma. le parecieron convenientes» (53). Poco des­ pués el P. Secretario cesaba también en su cargo, y asimismo otro de los Lectores de Artes, el P. Pablo de Salamanca, cesaba también, o por mejor decir, era retirado de su oficio (54). Todo ello prueba, al parecer, que algo anormal comenzaba a pasar en la Provincia. Con todo eso el P. ^General abandonaba Madrid el 20 de abril para dirigirse a visitar las Provincias de Aragón y Cataluña y luego consiguió también pasar a Ñapóles con ese mismo fin, lo que antes se le había negado (55). ( 52 ) Cfr. M . de Pobladura, L os Generales de la Orden Capuchina Grandes de España de Pnmgra Clase, en Collectanea Francisccma, X III ( 1943 ), pp. 282 - 3 , donde cita la relación y palabras del P. Antonio Félix de Ravena, compañero y cronista del P. Cesena. Este pidió luego se nombrase un ministro que oyese sus descargos en contra de las acusaciones dadas contra él por el Cardenal Nitardo, Marqués de los Vélez y P. Francisco de Jerez. Fué designado el duque de Alba, quien en su informe expuso que el P. General no había faltado en nada contra el servicio de S. M .: que no tenían fundamento alguno las acusaciones de los émulos: «que Fr. Francisco de Jerez, Definidor general por las Provincias de España, sería muy buen religioso, pero que asegura el duque a V. M . ha estado con gran ansia de ser General, y que es el motivo de todas estas diferencias, y que juzga conveniente que. acabado su oficio de Definidor general, se volviese a su Provincia o a esta Corte, pues es Predicador de S. M .» (Simancas. Estado. Leg. 3128 , Consejo de Estado de 22 de marzo y 8 de abril de 1677 ). (53) ~ A , f. i 6 v. ED, p. 81 . ( 54 ) I'oid. (55) Cfr. Pobladura, art. c., p. 283 - 4 . Cfr. también el mencionado Leg. 3128

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