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VIDA DE I.A PROVINCIA DESDE IÓ 57 A 1678 iy y cuenta su prudencia y dotes de gobierno, el P. General, Marcos An­ tonio de Carpenédolo, después de hacer la visita en Castilla el año 1665, le designó Comisario y Visitador de las Provincias de Aragón, Cataluña y Valencia (4). Su labor durante el tiempo que estuvo al frente de Castilla, 1657- 1660, fué verdaderamente intensa. Es cierto que por entonces se dió por fracasada la misión del Darién (5), a pesar de los esfuerzos de la Sda. Congregación para que se prosiguiese y se mandasen nuevos mi­ sioneros, celosos y abnegados (6), como ya hicimos notar en el capítulo anterior ; sin embargo, por esas mismas fechas y justamente por insinua­ ción de Felipe IV, el P. Yecla pide a la Congregación de Propaganda una misión para Castilla en el reino de Arda, próximo al Congo, cuyo Rey había enviado con tal fin un embajador a España (7). Así lo hizo efecti­ vamente la Congregación el 12 de febrero de 1659, señalando al mis­ mo tiempo los misioneros (8). Por lo demás, ya en el Capítulo en que fué elegido Superior Pro­ vincial el P. Yecla aparecen nombrados Vicarios en todos los conven­ tos formados, y también por vez primera, en 1659, se hace notar el nombramiento de Fabriqueros, con la particularidad de que, entre los cuatro designados, tres de ellos eran Hermanos Legos, y el primero, Fr. Diego de Madrid, cuya pericia artística la ponen bien de mani­ fiesto el hermosísimo Sagrario hecho para la iglesia del Angel de To­ ledo, valorado en dos mil ducados, y la célebre capilla de San Isidro en la iglesia de San Andrés de la Corte, destinada a guardar las reli­ quias del patrono de Madrid, cuyos planos él ideó y cuya construc­ ción dirigió luego (9). Durante su gobierno visitó la Provincia el P. General, Simpliciano de Milán, elegido Superior de toda la Orden el 3 de junio de 1656, quien el 9 del mismo mes escribía una muy atenta carta a Felipe IV, comunicándole su nombramiento y ofreciéndose con todos ios religio( 4 ) Erario divino, o. c., p. 6 o. ( 5 ) Los misoneros habían vuelto a España para esas fechas; unos lo habían hecho en 1653 , y otros en 1654 .— Cfr. Ms. 3.818 de la B. N., ff. 39 y 42 - 44 , donde existen las cartas dando cuenta de la imposibilidad de seguir aquella misión por no poder alcanzar fruto alguno. ( 6 ) Carta de la Sda. Congregación de Propaganda Fide al P. Provincial de Castilla (4 de febrero de 1659 ) (B. N.— Ms. 3 . 818 , f. 37 - 8 ). En dicha carta, con­ testación a otra de! P. Provincial en que le daba cuenta de los principios y progre­ sos de la misión del Darién e Indios Gorgonas, le invitaba a proseguirla, no obs­ tante las muchas dificultades. Sin embargo los religiosos, enterados de le que había pasado, no debieron sentirse muy animados. ( 7 ) Solicitud del P. Provincial de Castilla a la Congregación (24 de noviem­ bre de 1658 ) (B. N.— Ms. 3 . 818 , ff. 67 y 70 ). ( 8 ) Jbid., ff. 52-53 y 68 - 69 . ( 9 ) Cfr; Erario divino, o. c., p. 52 .— Zacarías V illa d a , S. J.— Grandezas es­ pañolas.—San Isidro Labrador en la Historia y en la Literatura, Madrid, 1922 , p. 44 .

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