BCCCAP00000000000000000000155
196 LA PROVINCIA DH FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Aun así y todo solamente pudieron embarcarse los siguientes: . PP. Francisco de Vallecas, Jerónimo de Coveña, Miguel de Madrid, José de Villalvilla y Fr. Hilario de Torrejón (46). No sabemos cuán do hayan llegado a América, si bien ya estaban en Cartagena para mediados de septiembre de 1650 (47). Aunque los comienzos de la misión del Darién fueron buenos, p a saba el tiempo y los frutos conseguidos no eran ni mucho menos pro porcionados al trabajo de los misioneros, como de ello se lamentaba en 1650 el P. Francisco de Canarias (48). Y lo peor de todo fué que las tribus de la región, varias y muy belicosas, comenzaron a guerrear entre sí. Para prevenir acontecimientos se puso en el Darién una guar nición española, lo cual, en vez de calmar los ánimos, los excitó más, en la cramcia de que iban a atacarlos. No bastaron las palabras de los misioneros para convencerlos de lo contrario; antes bien los to maron entonces por enemigos; les robaron todo, recluyeron al P. Fran cisco de Canarias en una isla solitaria para que muriese de hambre, teniendo que ganar la costa a nado; al P. Basilio de Vaidenuño tam bién le tuvieron preso y le maltrataron; los demás huyeron y así pu dieron salvarse (49). La guerra prosiguió entre los indios con mayor encarnizamiento. Esperaron los misioneros algún tiempo para ver si ios ánimos se cal maban, y, por fin, el P. Antomo de Oviedo, inflamado del celo por la salvación de las almas, decidió hacer un último esfuerzo, aun a costa de su vida. Quiso ir él mismo a hablarles para lograr pacificarlos. Se despidió de los otros misioneros y en compañía de un español y cinco indios se embarcó en una canoa. Llegó a la tribu de ios chocoes; pasó a la de los bugutas, pero luego le dejaron solo sus acompañantes. Saltó a tierra y, al verle los indios, se lanzaron sobre él y le mataron a saeta zos. Sucedió esto en el mes de septiembre de 1651 (50). El P. Antonio de Oviedo, del que luego hablaremos más extensa mente, fué tenido siempre en la Provincia como mártir, dándosele el título de Venerable. Los otros misioneros esperaron en vano ia vuelta del P. Antonio ( 46 ) Cfr. Anguiano, Vida y virtudes del Capuchino español, o. c., p. 296 .— Anguiano-R íonegro, o. c., p. 82 . (47) Cfr. carta del P. Francisco de Vallecas (Cartagena, 23 de septiembre de 1650 ) (Ms. 3 . 818 , ff. 27 - 28 ). El P. Vallecas, misionero primero en Guinea y luego en América, había vuelto a España en 1648 . ( 48 ) Carta del P. Francisco de Canarias (22 de enero de 1650 ) (Ibid., ff. 18 - 19 ). (49) Anguiano, Vida y virtudes del Capuchino español, o. c., p. 297 .—Carta del Gobernador de Panamá (18 de octubre de 1650 ) (Ms. 3 . 818 , f. 88 ). ( 50 ) Anguiano, o. c., p. 298 .—Anguiano-R íomegro, o c., p. 85 . Aunque el P. Anguiano dice Que el martirio del P. Oviedo tuvo lugar en 1652 , creemos ser más verídico haya tenido lugar en 1651 , por los hechos que sucedieron posterior mente.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz