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I-/8 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA En 1927 no existía de todo ello sino una pequeña cripta, cerrada por una bóveda, y en el frente un nicho que debió sustentar la imageta de la santa; a sus pies una mesa de altar, y a uno y otro lado las arcas rotas de los sepulcros de Wamba y Recesvinto (19). 2. T e r c e r c o n v e n t o d e A l c a l á d e H e n a r e s . — Como ya hicimos notar, el segundo convento, edificado por los Capuchinos extramuros de Alcalá, resultaba tan perjudicial para la salud, que llegó a denominar­ se «sepultura de religiosos». Por eso, y no antes de cuarenta y cuatro años allí pasados, se pensó trasladarlo a otro sitio más cómodo y me­ nos insalubre. La dificultad mayor fué desde luego la económica; mas ésta se resolvió por fortuna prontamente al tomar nuestro hábito don Manuel Arrazola y Oñate, en religión P. Manuel de Vitoria, hijo de D. Bernardo de Oñate, Secretario del Rey, quien al ingresar dejó una suma considerable con tal destino (20). Con ese dinero se compraron de antemano unas casas sitas en la calle de Santiago, y una buena noche, la del 2 de marzo de 1657, si­ gilosamente a ellas se trasladaron los religiosos (21). A las cinco de la mañana se tomó la posesión, se dijo Misa y se puso el Santísimo, consumiéndose a esa misma hora en el otro convento. Todo se hizo sin dar cuenta ni aviso al Ordinario como tampoco a la ciudad, basa­ dos en el principio de que no era convento nuevo sino traslado de sitio; sin embargo después se obtuvo el consentimiento del Arzobispo fie Toledo, Cardenal Moscoso. Era a la sazón Vicario Provincial el P. Alejandro de Valencia y Guardián de Alcalá el P. Diego de Se- govia (22). Pasaron sin embargo dos años sin poder dar comienzo a la fábrica del convento, hasta que en julio de 1659 un sacerdote valenciano, D. Vicente López, ofreció la suma de ciento sesenta mil reales a con­ dición de que le diesen el patronato. Dicho y hecho: el 12 de julio de ese mismo año se ajustaban las condiciones. Según ellas el titular de la iglesia debía ser, en vez de San Francisco, que tenía la antigua, el de Santa María Egipcíaca; se comprometía dicho sacerdote a hacer a su costa el cuadro y marco para el altar mayor, que sería también de la santa; tendría en cambio un cuarto en el convento para poder vivir en él y una tribuna que diese a la iglesia, y, en la capilla mayor;, bóveda para su enterramiento y el de sus sucesores en el patronato (23). ( 19 ) P ila r Cutand.v Santa Leocadia de Toledo, Toledo, 1927 , pp. 21 - 22 . ( 20 ) Cfr. M on zón , ms. c., f. 2 ov. ( 21 ) Ibid., f. 52 V. ( 22 ) Ibid., f. 2 ov. ( 23 ) Escritura de fundación (12 de julio de 1659 ) (APC, 27 / 00064 ). El Bto. D iego José de Cádiz, estando en Alcalá, predicó en la fiesta del titular un solemne sermón, que luego se imprimió con el título de Ejemplar de arrepentidos... sermón panegírico, etc., Madrid, 1786 .

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