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170 LA PROVINCIA D£ FF. MM. CAPUCHINOS Í>E CASTILLA portantes cargos, como fueron el de Guardián, Custodio, Definidor y por fin el de Ministro Provincial. Fué también uno de los que en agosto de 1646 firmaron la súplica elevada a los Superiores de la Pro­ vincia para lograr una misión entre infieles (31)., Aparte de haber trabajado mucho para levantar el convento de Santa Leocadia, comprando varias casas, etc., procuró también fuese adelante la fundación de Jadraque. Además: no dejó piedra por mo­ ver para que se llevase a efecto la fundación de Burgos, exigiendo en 1655 el cumplimiento de la Real Provisión de Felipe III, que auto­ rizaba a los Capuchinos establecer 36 conventos en tierras castellanas y andaluzas; pero no vió logrados sus deseos (32). Durante su provincialato vino a visitar Castilla el P. General For­ tunato de Pieve di Cadore, quien propuso, al finalizar, la celebración del Capítulo, en el que fué de nuevo elegido el mismo P. Diego de Aré- valo (33). En esa ocasión, a propuesta del propio P. General, que también había hecho la visita a las restantes Provincias españolas, los Superiores de Castilla cedieron de sus derechos en orden a la de­ marcación de los límites para la petición de la limosna, concediendo a la de Valencia que pudiese hacerlo en tierras de la Mancha (34). El P. Arévalo, cansado sin duda del gobierno de la Provincia y aprovechando la celebración del Capítulo para la elección de los Cus­ todios generales, el 10 de septiembre de 1655, renunció a su cargo, un año antes de termisar el trienio (35). Así entró a gobernar la Provincia el P. Buenaventura de Toledo, quien desde 1624 hasta esa fecha había desempeñado por siete trie­ nios el cargo de Guardián y varias veces el de Definidor (36). Mas su gobierno fué verdaderamente efímero. Yendo camino de la Ciudad Eterna al Capítulo General, después de haber sufrido muchos con­ tratiempos por mar y tierra, murió, justamente la víspera de celebrar­ se el Capítulo, el 2 de junio de 1655, en Porto Hércules, «veinte le­ guas poco más o menos de Fvoma» (37). El cronista castellano califica el mencionado Capítulo de “infeli­ císimo para la Religión por los gravísimos trabajos que le acompaña­ ron por todas partes». Fué debido a la peste que por entonces causó ( 31 ) Necrclogio, o. c., p. 315 .—B. N., Ms. 3 . 8 . 18 , ff. 46 - 47 . ( 32 ) Cfr. dicho requerimiento hecho al Consejo y la respuesta de éste (APC, 35/00030 y 35 / 00031 ). ( 33 ) ED, p. 45 . (34) Monzón, ms. c., ff. 98 v.- 99 r .: «Dudas que propusieron los Padres Pro­ vincial y Definidores para que las resolviese, como lo hizo, nuestro Rmo. P. Ge­ neral Fr. Fortunato de Cadoro en la visita que hizo en España y en esta Provincia por el mes de noviembre del año 1654 .» ( 35 ) Eü, p. 46 . ( 36 ) Necrologio, o. c., p. 142 . ( 37 ) Ibid. y ED, p. 48 .

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