BCCCAP00000000000000000000155

i6S LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Visitó después Castilla, dividiendo para ello la Provincia en tres Congregaciones o reuniones: la primera en el convento de San An­ tonio, donde convocó los de La Paciencia, El Pardo, Alcalá y Cubas. La segunda en Segovia, donde se reunieron los de Salamanca, Toro y Valladolid. Y la tercera en Toledo, a donde acudieron los de Villa- nueva y Villarrubia. Luego, el 9 de octubre de 1648, convocó el Ca­ pítulo Provincial, en el que fué elegido por tercera vez Superior de Castilla el P. Alejandro de Valencia. El P. General aprovechó aquella ocasión para dar a la Provincia nuevas ordenaciones cuyo contenido se ignora (22). 6. Durante el provincialato del P. Valencia que por tercera vez gobierna ahora la Provincia, siguió el mismo entusiasmo misional ini­ ciado años anteriores. Recibidos los primeros informes de los misione­ ros enviados al Darién, la Sda. Congregación, por su decreto del 19 de enero de 1649, nombraba Prefecto de dicha misión al Provincial de Castilla, con facultad de nombrar un Vice-Prefecto que residiera en el Darién, y al propio tiempo designaba para allá otros ocho misio­ neros (23). De todo nos ocuparemos luego en capítulo aparte. El 10 de octubre de 1649 fallecía en Madrid el ilustre P. Diego de Quiroga, después de haber asistido en Viena hasta su muerte a la Emperatriz María de Austria, hermana de Felipe IV, y después de haber sido escogido por el propio Rey, el 4 de jimio de 1648, con­ fesor de su hija la Infanta María Teresa, más tarde Reina de Fran­ cia (24). Al morir el P. Quiroga, el Rey puso los ojos en el P. Ale­ jandro de Valencia y, el 26 de octubre, le nombraba a su vez con­ fesor de la mencionada Infanta (25). Con ello, aunque parezca extraño, la actividad del P. Valencia tie­ ne que ceñirse bastante y dedicarse a otras ocupaciones que su nuevo cargo debía llevar consigo. Desde entonces viene a ser por otra parte el hombre de confianza del Rey, del Consejo de Estado y del Consejo de Indias, y su dictamen es requerido en cuantos asuntos se relacionen con los Capuchinos (26). Y si bien es cierto que no sabemos concretamente las ocupaciones que como confesor de la dicha Infanta tenía anejas, ellas fueron mo­ tivo suficiente para que «viéndose impedido con la ocupación de Con­ fesor de Su Alteza la Señora Infanta de España» tratase de dejar su ( 22 ) Erario divino, o. c., p. 37 - 39 . ( 23 ) Decretum Congregationis de Prop. Fide habitae die 19 Januarii 1649 (B. N.j Ms. 3 . 818 , ff. 23 y 45 ). ( 24 ) Necrologio, o. c., p. 252 , 10 de octubre—Archivo del Palacio N. de Ma­ drid.—Personal. Cargos. Q - 3 . ( 25 ) Archivo del Palacio N. de Madrid.—Personal. Cargos.—V - 5 . ( 26 ) Cír. infra, Parte segunda, capítulo X I. •

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz