BCCCAP00000000000000000000155

158 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA iglesia pasó más tarde a ser una de tantas ermitas de devoción. Aun hoy en día, y después de tantas vicisitudes, se conserva allí el men­ cionado cuadro de Vicente Carducho, y a ella van los toledanos a celebrar en alegre romería la fiesta del Angel Custodio, antiguo titular de la iglesia. 2. N u e v o c o n v e n t o d e E l P a r d o . —Ya advertimos arriba aue el segundo convento, levantado como definitivo en el Real Sitio de El Par­ do, no reunía las condiciones debidas; era sumamente insano y de pare­ des muy endebles; de tal manera que en el verano se hacía irresistible a sus moradores por el mucho calor y en el invierno insoportable por las muchas nieblas y humedad. Por lo cual los religiosos pidieron a Felipe IV les permitiese mudar de sitio y edificar un nuevo convento de mayores comodidades y mejores condiciones. Ni que decir tiene que a todo accedió muy gustoso el Rey, dando plena libertad a los Su­ periores para escoger e! sitio que más les placiese. Aunque, puestos a elegir, hubo varios sitios de muy buenas propor­ ciones, teniendo en cuenta no alejarse de la huerta, que estaba ya culti­ vada y plantada y «es cosa tan necesaria en nuestros conventos por causa de los casi continuos ayunos», se determinaron a edificar el nuevo convento en la parte superior de la loma, donde los rayos del sol le bañarían plenamente y gozaría de los saludables aires del Guadarrama. El sitio elegido no fué ni más ni menos que el que hoy ocupa el con­ vento que todos conocemos y que, en sus partes principales, se conserva tal y como entonces se edificó. Así elegido el sitio, se puso la primera piedra el 30 de noviembre de 1638, y, para corregir los defectos que se habían cometido en la edificación del segundo convento, se determinó que este tercero fuese sólido y capaz, como también la iglesia, hechos de ladrillo con cajones de piedra y las esquinas de piedra sillería (9). A la colocación y bendi­ ción de la primera medra asistieron los Reyes y toda la corte, oficiando el Patriarca de las Indias, D. Diego de Guzmán (10). Doce años duró la fábrica de este tercer y definitivo convento. No es de extrañar ese tiempo, dadas las distancias y dificultades de acarreo de los materiales. Y para que todo marchase pronta y ordenadamente, por encargo del mismo Rey quedó al frente de las obras D. García de Haro, Conde de Castrillo. Terminadas felizmente, se hizo la traslación del Santísimo a la nueva iglesia el 9 de octubre de 1650, aprovechando la estancia de los Reyes en el Real Sitio de El Pardo, asistiendo no solamente ellos, sino también muchos Grandes de España, Embajadores (9) M onzón , ms. c., f. 23 v. (10) A n gu ia n o, Paraíso en el desierto, o. c., p. 92-94.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz