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FUNDACIONES EN ESTOS AÑOS 153 Se designó a tal objeto una Junta, cuyo presidente era D. Antonio de Contreras, fundador de nuestro convento de Segovia, y, como pri­ mera medida, determinó librar con ese fin catorce mil ducados de los expolios del Arzobispado de Monreal; a esos se añadirían luego otros más (76). Sin embargo, fueron pasando los años y ni aquellos catorce mil ducados se cobraban por múltiples obstáculos, ni podía tenerse el culto que pedía la devoción de los fieles, porque el oratorio no era a propó­ sito. Por eso se pensó en levantar ailí un convento de religiosos, pro­ yecto que se puso en conocimiento del Rey en 26 de septiembre de 1639, exponiéndole lo mucho que importaba «poner en aquel santo lugar pren­ das de mucha veneración, que conservasen y aumentasen la memoria y la devoción de tan gran milagro, y que, pues los Capuchinos de la Pro­ vincia de Castilla pedían esta fundación, parecía muy conveniente el dársela, y S. M. fué servido de conformarse con la Junta» (77). El 7 de octubre de ese año estaban reunidos los Capitulares en el convento de San Antonio; al serles comunicada la gracia que el Rey les había hecho, recibieron la noticia con gran alborozo, cantándose inmediatamente un Te Deum (78), aunque la orden real de donación no se expidió hasta el 20 de noviembre (79). Se hicieron luego los preparativos para la toma de posesión. Obte­ nida la licencia del Ordinario (6 de diciembre) (80), se trató del nom­ bre que debía darse al nuevo convento, siendo escogido por la Reina Isabel de Borbói^, y no fué otro que La Paciencia de Cristo (81). El día 13 se tomó posesión, y ai mismo tiempo se llevó en solemne pro­ cesión a la primitiva capilla una imagen de Cristo Crucificado. Eligióse para ello una muy devota, existente en la iglesia de San Antonio y que había sido donada por el Duque de Lerma (82). Se proyectó que convento e iglesia fuesen grandes. Para ello se hizo necesario comprar varias casas contiguas a la primera capilla y luego derruirlas. Todo eso llevó no poco tiempo y dinero, y, aunque es cierto que los Reyes favorecieron mucho, principalmente la Reina y también Felipe IV, quien mandó librar de nuevo los catorce mil du- ( 76 ) Cír. carta de D. Juan Valero Díaz (26 de septiembre de 1634 ). Ibid. ( 77 ) Comunicado de D. Juan Valero (15 de octubre de 1639 ) (Simancas.—Gra­ cia y Justicia, Leg. antiguo 621 (mod. 266 ), f. 93 ). ( 78 ) M o n z ó n , ms. c., f. 50 V. ( 79 ) «Lista de los instrumentos del Archivo de la Paciencia», en APC, 31 / 00028 , Leg. i.°. ( 80 ) Ibid., Leg. 2 . ( 81 ) Así se lo comunicaba D. Juan Valero al P. Provincial de orden de S. M . (12 de diciembre de 1639 ), ibid., Leg. x.°.—La Reina tomó como cosa suya la mencionada fundación, según se desprende de las cartas de D. Juan Valero '(Si­ mancas.— Secretarías Provinciales.—Sicilia, Leg. 1 . 343 ). (82) A nguiano , o. c. p. 270.

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