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FUNDACIONES EN ESTOS AÑOS 143 La primera piedra la puso el Obispo, D. Mendo de Benavides, en 1637, haciendo la ciudad con esa ocasión grande fiesta. Afortunada­ mente, siendo muy costosos los materiales, al hacer los cimientos se dió con una gran cantera, de la que se sacó la piedra necesaria para la fábrica (31). Se concluyó en pocos años, haciéndose la traslación del Santísimo desde la catedral con extraordinaria pompa, y celebrando luego una solemnísima octava en la que predicaron, entre otros, el entonces Obispo de Segovia, D. Fr. Pedro de Tapia, O. P., y los PP. Alejandro de Valencia, Juan de Ocaña y Leandro de Murcia (32). Se levantó también el cuarto o casa adjunta para los fundadores, así como la bóveda o cripta para su enterramiento y el de sus padres y asimismo los sepulcros para unos y otros, dignos de las nobles ce­ nizas que en ellos habían de reposar, y junto a ellos un altar y orato­ rio inmediato,, que era una de las obras de mayor primor de Segovia, muy visitada por las muchas y preciosas reliquias que allí se guar­ daban (33). El agua para servicio de los religiosos y riego de la huerta fué concedida gratuitamente por la ciudad el ó de julio de 1642 (34). No sabemos cómo haya sido aquel primitivo convento, pues fué destruido por un incendio en 1789 y segunda vez en febrero de I79° (35)- En cambio, se ha conservado hasta nuestros días la casa de los fundadores y también la iglesia primitiva, pequeña, de una sola nave, con capillas laterales bastante capaces. En ella se aprecian aún varias inscripciones antiguas en las paredes del presbiterio y asimis­ mo una gran lápida, empotrada en la pared a la izquierda de la en­ trada, en la que está compendiada la historia de la fundación (36). (31) M onzón , ms. c., f. 32r. ( 32 ) Ibid., f. 32 V. ( 33 ) Respuesta a las quejas del Conde de Cobatillas (APC, 30 / 00026 ).— Cróni­ cas Capuchinas, Parte quinta, p. 211 . ( 34 ) Ibid. ( 35 ) Viridialo auténtico, ms. c., p. 616. El convento levantado posteriormente a esos siniestros se conserva hoy casi igual que lo dejaron los Capuchinos en la exclaustración de 1835. (36) Dice así dicha lápida: Para gloria y honra de Dios nuestro Señor y de la Virgen Santísima María Señora nuestra concebida sin pecado original. Para ser­ vicio de nuestro Seráfico Padre San Francisco y habitaciones de sus hijos Capuchi­ nos. Para veneración del bienaventurado Padre Señor San Buenaventura, Doctor de la Iglesia. Para renovación de la iglesia caída del Señor San Antonio Abad, que se conserve su santa imagen con su fiesta y nuevo jubileo en su capilla y altar de alma nuevamente concedido. Para participar los fundadores, por lo que han hecho v por la caridad de esta sagrada Religión de los sufragios que se les dicen, de las heroicas virtudes y santos ejercicios religiosos. Para sepultura cristiana y vivienda dé los patronos y llamados a este patronazgo perpetuo. Se edificó desde los principios comprando el sitio esta iglesia y este convento y esta casa arrimada a él y se adofnó el culto divino y convento con las riquezas que profesa la pobreza religiosa de su Instituto. Todo a costa de los bienes y hacienda que Dios nuestro Señor fué ser-

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