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REORGANIZACIÓN Y GOBIERNO 133 Un año después sucedió en Segovia un hecho que contristó sobre manera a la Provincia por lo mucho que se divulgó y por lo malpa rado que quedaba el hábito, aunque sin razón. El día de la Expecta ción de la Virgen, un Capuchino, cuyo nombre no se cita, pero sí se dice que era buen predicador, tuvo en la catedral el sermón de la festividad ante el Sr. Obispo. Este, por no haber entendido bien o por parecerle mal dos de las proposiciones dichas en el sermón, llamó la atención del predicador delante de todos y aun antes de bajar del pùlpito. No es para descrito el revuelo que se levantó ni las hablillas a que el caso dió lugar, cuando no sólo se divulgó en la ciudad sino por otras partes. Además, el Sr. Obispo, que por otra parte apreciaba a los Capuchinos, no quiso atender a las explicaciones que se le dieron ; por lo cual el P. Leandro de Murcia salió por la honra del hábito y en defensa del predicador, publicando, aunque sin año, sin lugar y sin nombre, un folleto, en el que puso de manifiesto la verdad de lo sucedido y de lo que el predicador había dicho, demostrando al propio tiempo que dichas proposiciones no eran dignas de censura (59). En ese mismo año 1642 se remitían las letras convocatorias para el próximo Capítulo General, que debía tener lugar en Pentecostés de 1643. Mas antes de que llegase esa fecha, se reunían el 6 de enero de 1643 en Valencia los capitulares de las cuatro Provincias: Andalucía, Aragón, Castilla y Valencia, para tratar de si debían asistir o no a dicho Capítulo en vista de las circunstancias. No asistió a la reunión el Pro vincial de Cataluña «por la rebelión del reino, con que estaba desunido de los demás» (60). Después de leer un extenso alegato del P. Leandro de Murcia, a la sazón primer Custodio de Castilla, todos decidieron no asistir al Capítulo General, y así lo acordaron el 12 de enero, alegando como razones que, estando en guerra, no se podía ir fácilmente a Roma ni por tierra ni por mar. Pero las razones reales y verdaderas eran que temían por su comportamiento en el asunto de las Constituciones, tanto por parte del Cardenal Protector como del P. General (61). En realidad de verdad aquello constituía un acto de rebeldía. Y, ( 59 ) El papel impreso del P. Murcia lleva el siguiente título: A los doctos, desapasionados y amigos de la verdad (s. 1. s. a.): 6 folios. En nuestro Archivo Pro vincial se conserva un ejemplar (sign. 44 / 00007 ). El P. M onzón , ms. c., ff. 85 - 95 , 1° copia literalmente. (60) M onzón , ms. c., f. 89V. ( 61 ) El alegato del P. Murcia lleva este título: «Memorial apologético en que se prueba que los Padres Provinciales y Custodios de los Capuchinos de estas Provincias de España, convocados para el Capítulo General próximo futuro del año 1643 , no tienen obligación en conciencia de ir a él ni de comparecer en Roma donde se ha de celebrar, y que no hay conveniencia alguna que pueda mover a ello.» Lo copia también al pie de la letra el P. Monzón, ff. 92-98, así como nos refiere puntualmente cuanto sucedió, f. 89V.
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