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m LA provincia de fe . mm . capuchinos de castilla habría de ser el P. Diego de Quiroga, por quien aquélla tenía sus preferencias, o el P. Ambrosio de Peñalosa, S. J., apoyado por Fe­ lipe IV. Por fin el Rey, a petición de su hermana y accediendo al parecer casi unánime de los de la Junta de Casamiento, designaba el 15 de agosto de 1628 por confesor al P. Quiroga, quien un año después, a fines de diciembre de 1629, marchaba a Viena, formando parte de la comitiva regia (11). Días después de recibir el P. Quiroga su honroso nombramiento, llegaba a España el P. General de la Orden Capuchina, Juan María de Noto, con objeto de girar la visita a las Provincias españolas. «Entró por septiembre en Cataluña, pasó a Valencia y estuvo por Navidad en Madrid, porque aunque su camino enderezaba por el de Andalucía, donde tenía ya enviadas citatorias, y se aprestaba a su recibimiento, jun­ tándose en Granada los Definidores, pero le hicieron instancia de aque­ lla Provincia [Castilla], representándole que estaba la Reina de Hungría para partirse» (12). A Castilla debió llegar lo más tarde a principios de diciembre, cele­ brando luego y presidiendo el Capítulo Provincial el 19 de dicho mes (13). Del resultado de su visita sólo sabemos que quitó en las Provincias españolas los Capítulos trienales, que les habían sido con­ cedidos por el Capítulo General de 1625, con obligación de celebrar Congregación cada año (14). El 3 de enero de 1629 salía el P. General de Madrid (15). El P. Sebastián de Santa Fe, reelegido entonces Provincial, siguió gobernando a Castilla hasta mayo de 1630; pero, antes de cesar en su cargo, Felipe IV, prendado de «su singular espíritu y doctrina», le nombró su Predicador el 13 de febrero, premiando así sus desvelos y valer (16). No obstante estar enfermo y achacoso, no dejó de hacer la visita, caminando siempre a pie, y, al hacerla, mostraba gran caridad con todos, particularmente con los enfermos, ordenando fuesen servi­ dos con mucho cuidado, que nada les faltase y que se observase con ellos puntualmente cuanto el médico ordenaba (17). Al cesar el 15 de mayo de 1630 quedó al frente de la Provincia de Castilla el P. Alejandro de Valencia. De él nos hemos de ocupar aparte; con todo ya adelantamos que gozó de mucha influencia en la Corte y cerca de Felipe IV, y que asimismo corrían parejas su in- ( 11 ) Archivo del Palacio N. de Madrid.—Personal.—Confesores.—Q -3 y B- 47 . ( 12 ) F élix de G ranada , Anales, ms. c., p. 88 . ( 13 ) ED, p. 15 . ( 14 ) Ibid., pp. 12 y 16 . ( 15 ) Cfr. P ob la d u ra , L os Generales de la Orden Capuchina Grandes de Es­ paña de Primera Clase, en Collectanea Franciscana, X III ( 1943 ), P- 2 75> nota 5- ( 16 ) Archivo del Palacio N. de Madrid.—Personal.—Cargos.— S- 31 .—Archivo de Simancas. Cámara de Castilla, Memoriales, Leg. 1 . 178 .— Monzón, ms. c., p. 345 . (17) M onzón , p. 347.

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