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9« LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA limosnas diversasj dejaba también a los religiosos los muchos materia­ les de madera y ladrillo que hábía anteriormente juntado (15). Poco después fallecía el Dr. Sepúlveda (16) y los religiosos, viendo que el Marqués nada hacía' ni dejaba hacer y que la obra seguía poco menos que parada, solicitaron ayuda a los herederos de Sepúlveda, su hermana Lorenza y el marido de ésta, Fernando Pizarro, quienes con fecha 4 de abril de 1630 les contestan diciendo: «Por cuanto se hace el convento de Padres Capuchinos de la villa de Cubas por nuestra cuenta y orden y los dichos Padres no pueden gastar, concertar ni pagar los gastos de la obra y las demás cosas tocantes a éstas, según la estre­ cha pobreza que en su regla profesan, por estas y otras razones desde ahora señalamos por todo el tiempo que durase la obra» la siíma de 500 ducados anuales (17). Así lo hicieron, y con esa limosna y algunas otras, siguió adelante la obra; pero al fallecer aquellos en 1636, los herederos se negaron a dar los 500 ducados anuales (18). Para entonces se habían construido los principales cuartos y ofici­ nas del convento, pero fué necesario parar la fábrica «con suma des­ gracia de este convento y de los que le han habitado y habitan..., aunque ahora, este año de 1643, la Marquesa de Fobar ha vuelto a tratar de que se haga la iglesia y se ha ejecutado, con que se espera ver puesta en perfección con mucha brevedad. Lo labrado del con­ vento es ajustado a nuestras Constituciones, aunque no de mucha dura; tiene buena huerta y una fuente de excelente agua; goza de saludables aires, gran soledad y retiro, aunque, por confesar generalmente a todos, en algunas ocasiones de demasiada frecuencia» (19). La mencionada Marquesa prosiguió efectivamente la obra y la ter­ minó, dándosele a la iglesia por titular Santa Catalina de Alejandría (20). Sin embargo de eso, el patronato no se dió a persona determinada, por haber sido muchas las que contribuyeron a la fábrica. En 1736 eran patronos los Marqueses de Malpica, cuya casa estaba muy próxima al convento, y disfrutaban de una tribuna que daba a la iglesia (21). El convento, lo mismo que la iglesia, resultó pequeño y poco capaz; & ( 15 ) Cfr. Tanto de la cláusula del testamento deí Dr. Sepúlveda (6 de marzo de 1624 ) (APC, 2 S /00062 y 28 / 00063 ). ( 16 ) Cfr. el mencionado testamento. En notas adjuntas se hace constar que murió antes de marzo de 1625 . ( 17 ) Escritura de D. Fernando Pizarro y D.a Lorenza de Sepúlveda por la que nombran a un sustituto para que en su nombre administre el dinero de la obra del convento (4 de abril de 1630 )) (APC, 28 /ooo 66 a). ( 18 ) Cuentas del empleo de los 500 ducados que cada año debían dar los su­ cesores y herederos para el convento de Cubas (APC, 28 /ooc 66 b). (1 9 ) M o n z ó n , m s. c ., f. 2 ó v . ( 20 ) Cfr. Crómcts Capuchinas, Parte cuarta, p. 343 . ( 21 ) VA, p. 222 .

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